A solo unos días que se cumplan los nueve meses de emergencia sanitaria que vive el país los estragos de esta cuarentena prolongada que vivimos millones de mexicanos han hecho mella en la salud mental de los habitantes que se han visto afectados en diferentes formas por el confinamiento, ya sea voluntario u obligado, mientras que aquellos que no han detenido sus actividades presenciales también han hecho frente a diversas limitantes y experimentado reacciones como consecuencia de la crisis de salud global.
Desde mayo pasado se ha venido hablando de las consecuencias que traería consigo la pandemia en la salud mental de quienes la han vivido y la siguen viviendo, los primeros síntomas de determinados trastornos se comenzaron a manifestar tan solo semanas después del encierro, con el paso de los días y los meses son ya múltiples las afectaciones en las personas, y ya hay quienes han recurrido a tratamientos para hacer frente a estas consecuencias no esperadas de una circunstancia inusual en un año inédito.
En un inicio se plantearon dos escenarios como resultado de la pandemia, el primero de ellos fue cómo reaccionarían los habitantes al ser testigos de la llegada de la emergencia sanitaria al país, el siguiente ocurrió cuando ya se encontraban inmersos en ella. En el primer caso, por obvias razones las personas solo podían suponer lo que ocurriría al presenciar lo que se venía desencadenando en países de Asia y Europa, mientras que ya en estado de emergencia se rompieron muchas de las previsiones establecidas.
Un escenario de salud inédito
Con la llegada del virus y el inicio de la etapa de confinamiento, los mexicanos comenzaron a experimentar diversos trastornos mentales, algunos de ellos ya de por sí muy frecuentes como la ansiedad y la depresión, mientras que otros se acrecentaron, tales como la Fobia social, el trastorno de Estrés postraumático, la Agorafobia, los trastornos de pánico, el trastorno bipolar o incluso se incrementó la dependencia al alcohol y el consumo perjudicial de drogas.
Aunado a esta situación en la que se presentó, y sigue prevaleciendo, una situación de incertidumbre, este factor ha inducido a la población a padecer estrés, un padecimiento que, debido a nuestras reacciones y emociones, puede presentarse como miedo, angustia, frustración, paranoia, aprehensión, etc., de acuerdo con la Psicóloga Deysi Lorena Matínez Ramírez: “Es notable considerar también nuestra capacidad de afrontamiento y manejo emocional individual, y sobre todo la convivencia que representa estar en casa con nuestra familia o con la gente que convivamos,” detalla la experta durante una entrevista.
Las proyecciones a futuro
De acuerdo con Martínez Ramírez las reacciones y conductas de las personas durante estos meses de confinamiento han sido y serán diversas; “Sin embrago se han observado la manifestación de algunos comportamientos particulares, hay personas que siguen experimentado miedo o temor al salir a la ‘nueva Normalidad’, por ejemplo el Síndrome de la Cabaña, que no se trata de una patología como tal, sino un fenómeno que experimentan algunas personas tras pasar confinados tantos días, sienten miedo por volver a salir a la calle. Y esto se exacerba cuando tenemos una sobreexposición a las noticias, lo cual alimenta nuestra ansiedad,” explicó.
La psicóloga anticipa, como resultado de la pandemia, un deterioro del bienestar y de la salud mental de los ciudadanos en un corto plazo, así como altos niveles de depresión y ansiedad, estrés postraumático, miedo y malestar emocional (distress o estrés malo); además de un incremento en el consumo de sustancias (alcohol, tabaco) sentimientos de desconexión, soledad y violencia.
“Esta pandemia y todo lo que implica, podrá exacerbar los problemas de salud mental existentes en cada región del mundo, y generará nuevos problemas mentales asociados al estrés entre otros,” destacó la experta.
Retos psicológicos
De acuerdo con la psicóloga, una vez que las personas comiencen a salir a la calle y se reincorporen a sus actividades, podrán experimentar otros padecimientos como angustia y miedo, una continuidad en las situaciones de estrés e incertidumbre y anticipa que incluso tomando las medidas sanitarias correspondientes seguirá en aumento el aislamiento social y como consecuencia las personas podrán experimentar distanciamiento y soledad.
“Es posible que se experimente Trastorno de Estrés postraumático, trastornos de ansiedad, y depresión. Y cabe señalar que el contexto inmediato también tiene repercusión en nuestra salud mental y bienestar, me refiero a un clima de desempleo, violencia intrafamiliar, inseguridad,” destacó la experta.
Por ello es de suma importancia cuidar nuestra salud mental así como cuidamos nuestra salud física, destaca Martínez Ramírez, además de los recursos sociales y personales disponibles; “por ejemplo, ver a la familia, dormir lo suficiente, comunicar lo que sentimos y sentirnos apoyados”. Esto debido a que “las personas pueden ser factores importantes relacionados con la resiliencia (capacidad de salir fortalecido ante una situación adversa) para mitigar las dificultades de salud mental en circunstancias particularmente estresantes”, concluyó.
Fuente: El Heraldo de México