Transitar sobre las calles de 20 de Noviembre, Aldama ó Bustamante es casi imposible. Sobre Flores Magón los puestos ambulantes imposibilitan caminar en las aceras al igual que el mar de turistas y locales, quienes no se quedaron en sus casas y han desafiado a la pandemia de la Covid-19.
Entre restaurantes abarrotados, avenidas donde el tráfico refleja una gran movilidad y la falta de conciencia social así transcurre el último día de este 2020, pese a los llamados de las autoridades sanitarias.
Aunque los hospitales, sobre todo los de referencia ubicados en la capital, se encuentran al 100 por ciento de su ocupación, las y los oaxaqueños han hecho caso omiso de la situación y las medidas sanitarias.
En esta semana, el gobernador Alejandro Murat Hinojosa advirtió que Oaxaca de Juárez y otros municipios podrían regresar a semáforo rojo ante el incremento de casos, luego de reconocer que los nosocomios han registrado más del 60 por ciento de ocupación.
Sin embargo reconoció que la entidad se mantiene en estatus epidemiológico naranja bajo el argumento de mantener la economía debido a que ha sido golpeada severamente.
Por lo que pese a que los llamados, los negocios se vieron abarrotados así como algunos bares y cantinas que operan bajo la modalidad de restaurantes pero que realmente sus servicios son otros.