Este “pacto de cooperación estratégica de 25 años”, como lo ha llamado la televisión estatal iraní y cuyos detalles aún deben revisarse, fue firmado por el ministro iraní de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, y su homólogo chino, Wang Yi, de visita en Teherán, constató una periodista de la AFP.
Según la agencia oficial Irna, los últimos detalles del acuerdo fueron concretados el sábado por la mañana, en un encuentro entre “Wang, Ali Larijani, consejero del guía supremo [iraní Ali Jamenei] y el representante especial de la República Islámica para las relaciones estratégicas con China”.
La firma de este pacto ilustra la prioridad dada a las relaciones con el “Este” –es decir, para Irán, países como China, las dos Coreas, India, Japón o Rusia– de conformidad con la inflexión dada por Jamenei en 2018, en ruptura con uno de los eslóganes más populares de la revolución iraní de 1979 : “Ni Oeste, ni Este, República Islámica.”
La génesis de este proyecto se remonta a la visita del presidente chino Xi Jinping a Teherán en enero de 2016. Entonces, él y su homólogo Hasan Rohani decidieron reforzar los lazos entre sus dos países.
Teherán y Pekín se comprometieron entonces a “llevar a cabo negociaciones para la firma de un acuerdo de cooperación ampliado de 25 años” y a “cooperar y tener inversiones recíprocas en diversos campos, como el transporte, los puertos, la energía, la industria y los servicios”.
Para China, la firma de este acuerdo se inscribe en el amplio proyecto de infraestructuras que el gigante asiático ha lanzado en más de 130 países del mundo.
Desconfianza y tensiones
El acercamiento de Irán con China se produce en un momento de clima de desconfianza de la República Islámica hacia los países occidentales y, al mismo tiempo, de tensiones entre Washington y Pekín.
La denuncia unilateral por Washington en 2018 del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní, y la incapacidad de los europeos para ayudar a Teherán a eludir las sanciones norteamericanas restablecidas ese año, han acabado por convencer al ejecutivo iraní que los países occidentales no son un socio “digno de confianza”, según la expresión de Jamenei.
En una tribuna publicada por la agencia oficial Irna, Mohamad Keshavarzadeh, embajador de Irán en China, indica que Pekín es de hecho “el socio comercial de Irán desde hace más de diez años”.
No obstante, constata que “la imposición de severas sanciones” por Washington y “las restricciones debidas al coronavirus han reducido considerablemente el comercio entre ambos países”.
El jefe de la cámara de comercio sinoiraní en Teherán, Majid-Réza Hariri, citado el viernes por la agencia Ilna, indicó que los intercambios comerciales entre Pekín y Teherán se redujeron a unos “16.000 millones de dólares” en 2020, contra “51.800 millones de dólares” en 2014.
China, que era uno de los principales compradores de petróleo iraní antes de las sanciones, ha reducido oficialmente sus compras de crudo de la República Islámica.
Sin embargo, según informaciones de prensa, las importaciones chinas de petróleo iraní nunca se han agotado, e incluso han aumentado recientemente.
Según un comunicado de su ministerio, “Zarif calificó a China de amiga de los tiempos difíciles” y dijo a Wang: “Agradecemos a China sus valiosas posiciones y acciones en estos tiempos de sanciones crueles contra Irán”.
Al recibir al ministro chino, el presidente Hasan Rohani expresó su deseo de que Pekín “siga siendo un socio comercial importante con Irán” y “más cooperación en el ámbito de las empresas conjuntas”, según un comunicado de la presidencia.
Fuente: 24 Mantis