La hipocresía de Juanita Cruz Cruz, fue el lubricante que hizo funcionar a la sociedad de Huajuapan, bueno, a una mínima parte de la sociedad, ya que la mayoría de los que iban en la “marcha de la esperanza”, era gente que se desempeña en el ayuntamiento municipal.
Ayer, la candidata de Morena, Juanita Cruz, realizó una marcha por algunas calles de la ciudad de Huajuapan, porque, según ella, es víctima de una campaña de violencia y agresividad en su contra.
La finalidad de esa marcha fue para sentirse protegida en su rol de “víctima”, y con ello ganar en esta contienda electoral. Sus mismos acompañantes se sentían tan poco arropados por la ciudadanía, que tuvieron que inventarse un grito bien sesudo que decía: “cuenten bien, cuenten bien porque somos más de 100”.
Con esta peregrinación ahora las reglas son de Juanita, algo así como los volados de antes: si cae sol, pierdes, y si cae águila gano. Es por eso que los marchistas se dieron el derecho de gritar una consigna contra el PRI y el PAN: “ni PRI ni PAN, Morena vencerá”. Este grito se opuso al origen de la marcha: la no violencia, pero les ganó el hígado.
Seguramente, su mismo equipo de campaña sabe que por más que hacen como que hacen, no más no levantan, y para llamar la atención ahora utilizan la queja y la lamentación para obtener las atenciones emocionales del electorado.
Con esto, es claro que ésta candidata no quiere responsabilizarse de nada. Todo lo que ocurre es siempre por culpa de los demás. Es lo mismo que hizo con el supuesto “hackeo” a las cuentas municipales.
Mucho de lo malo que le ocurrió a la administración de Juanita Cruz, fue culpar a los demás. Así lo hizo conmigo, así lo expresó en varias estaciones de radio: que yo era el causante de haber dado a conocer en los medios locales estatales y nacionales, el supuesto hackeo. Es más, aseguró que por ese tema yo la he calumniado. Hoy entiendo que cuando algún periodista da a conocer una información, es calumnia a su persona, según ella.
No conforme con esas acusaciones que me hizo, se apoyó en el Senador Salomón Jara Cruz, para acusarme de misógino contra la presidenta.
Después de todos esos escándalos a nivel nacional, fui amenazado por un, dijo ser, periodista, a nombre del Senador Jara Cruz. Es por eso que puse mi queja ante la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), así como mi denuncia ante la Fiscalía General del Estado de Oaxaca, por el delito de amenazas. También, la organización Artículo 19, le ha dado seguimiento a este caso.
Quien me amenazó lo hizo a nombre del Senador, pero qué tal si también Juanita está atrás de la amenaza, es por eso que en mi denuncia señalo a los dos.
Me extraña mucho, más bien, me alarma que Juanita, después de agredirme al llamarme delincuente, haga una marcha por la no-violencia, cuando ella en varias ocasiones la ha aplicado, ejemplos hay varios.
“Marcha por la esperanza”, así la tituló la candidata. Aquí habría que preguntarle ¿esperanza en qué?, ¿por la no-violencia? Esto quiere decir, entonces, que en su misma administración no hizo nada por disminuirla, sino al contrario, la propició.
Como nunca en la historia de la ciudad de Huajuapan, habían sucedido tantos asaltos, asesinatos, secuestros, desapariciones, feminicidios, robo de vehículos, asaltos al transporte, y sobre todo esto, ahora ella confía en la “esperanza” para que se resuelvan solitos todos los problemas de la ciudad.
La esperanza de Juanita es por haber perdido el rumbo político y administrativo desde siempre. Poner el valor de la esperanza sobre los problemas, es porque sabe que las cosas no van bien para ella ni para la población. Ni modo, así es la hipocresía.