-Puestos ambulantes aparecen por doquier
El destino y la suerte se leen como carta abierta, se trata de uno de los tantos “servicios” que se ofertan en el Zócalo y Alameda de León en donde los espacios han sido reducidos a nada y ocupados por puestos ambulantes que venden todo tipo de productos, incluso para el mal de ojo.
A golpe de fuerza, de intereses políticos y económicos, los comerciantes, la mayoría de otros estados de la república han invadido el patrimonio cultural de las y los oaxaqueños, quienes hasta hace unos años cuidaban y guardaban celosamente los monumentos y calles.
Secreto para pocos, pero una cuestión pública para muchos, estos espacios se ofertan por medio metro, uno y hasta dos metros.
Fritangas, artesanías chinas, chiapanecas, así como bolsas y carteras al igual que merolicos, carteristas, ladrones, personas alcoholizadas quienes ingieren productos ilegales y hasta gitanas circulan por el centro de la Verde Antequera.
A menos de medio año de que el edil Oswaldo García Jarquín concluya con su administración, el ambulantaje creció de manera exponencial. el centro de la ciudad simula ahora una sucursal de la Central de Abasto.
Los inspectores han abandonado su trabajo, los concejales se escudan en el tema de derechos humanos y económicos para mantener a los ambulantes.
Lo anterior al señalar que la administración actual no ha pretendido caer en confrontación y que la presencia de algunos vendedores obedecía a la falta de recursos económicos y se trataba de un tema de derechos humanos.
Ante la complacencia que han guardado las autoridades municipales, también el Andador Turístico se ha convertido en punto de reunión del comercio ambulante, el centro y sus calles son hoy “tierra de nadie”.