Con el Presidente afgano Ashraf Ghani en fuga, los talibanes pudieron tomar posesión del palacio Presidencial de Kabul el domingo 15 de agosto de 2021, 20 años después de su derrota por el ejército estadounidense comandado por George Bush y la coalición internacional formada tras los atentados del 11 de septiembre. Una nueva generación de hombres que han vivido en las sombras se prepara para gobernar.
Afganistán, 16 de agosto (RFI).- Para el portavoz del buró político de los talibanes, el 15 de agosto de 2021 quedará en la historia como un “gran día”, que recompensa los “esfuerzos y sacrificios” de la población y de los combatientes insurgentes durante las dos últimas décadas. En el canal de noticias Al Jazeera, el portavoz talibán Mohammad Naeem aseguró: ha llegado el momento del epílogo para Kabul y todo Afganistán, “la guerra en el país ha terminado”.
Los talibanes, que nacieron tras el fracaso de la larga invasión soviética, habían perdido el control desde 2001. En ese momento, fueron expulsados por los estadounidenses tras cinco años de Gobierno. El 7 de octubre de 2001, Estados Unidos lanzó una ofensiva contra estos fundamentalistas que se negaban a entregar a Osama Bin Laden. El líder saudita de la organización Al Qaeda es considerado responsable de los atentados del 11 de septiembre.
El 6 de diciembre de 2001, el Emirato Islámico de Afganistán capituló. Se creó un Gobierno interino, presidido por Hamid Karzai, quien ganó entonces las primeras elecciones presidenciales por sufragio universal de la historia del país. El movimiento talibán del mulá Omar, aún vivo, estaba debilitado. Los insurgentes estaban atrincherados en las provincias pastunes del este y el sur de Afganistán.
Desde allí, los talibanes, pero también otros grupos, podían enlazar fácilmente con las zonas tribales paquistaníes. Rápidamente se reestructuraron. En 2003, aprovecharon la disminución de las tropas occidentales cuando se inició la guerra en Irak. Desde el punto de vista financiero, pueden contar con un sistema fiscal que funciona bien, el comercio del opio, pero también con la ayuda exterior.