El cambio climático comienza a verse en la salud y en los próximos años se prevén nuevas enfermedades y brotes de viejas dolencias en lugares donde nunca los hubo, a lo que se suma el impacto que tendrá en el cuerpo humano las sequías y las inundaciones y la capacidad de adaptación del ser humano a cambios que, por el momento, son irreversibles.
Es lo que se extrae de las palabras de Marcelo Korc y Juan José Nieto, jefe de Cambio Climático y Determinantes Ambientales de la Organización Panamericana de la Salud y Director Internacional del Centro Internacional para la Investigación del Fenómeno El Niño (Ciifen), respectivamente.
Ambos expertos participaron estos días en la primera Semana Medioambiental Iberoamericana organizada por la Secretaría General Iberoamericana, donde se discute una hoja de ruta contra el cambio climático para toda la región.
Sólo en Centroamérica “cada vez vemos más incendios forestales, contaminación del aire generado por esos incendios, cambios en los ecosistemas, migración forzosa para agricultores que conllevará cuestiones de seguridad alimentaria…”, enumera Korc para comenzar.
Empeoramiento de la salud y cambio climático
Desde el comienzo de la pandemia, varias instituciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud ligaban el surgimiento del virus con la destrucción del medio ambiente y alertaban de que esta situación volverá a suceder si no se toman medidas para frenar el cambio climático.
“Se están dando cambios en los brotes de enfermedades causadas por vectores, por insectos, donde antes, por ejemplo, en la zona andina de Perú no había insectos que llevaran dengue o malaria, se están viendo cambios, por lo que hay que empezar a prestar más atención a estas zonas antes consideradas libres de estas enfermedades”, alerta Korc.
Además, este experto apunta a que uno de los temas “más comunes” actualmente es el “estrés por calor” que están sufriendo de manera más pronunciada las personas mayores que viven “en situaciones de vulnerabilidad económica”: “Si no tienen acceso a condiciones de vivienda adecuadas y en un clima errático como el que vemos, el estrés por calor afecta más a esta población”.