Con la detención de Eduardo “Z” por el delito de fraude agravado, el pasado 24 de diciembre de 2021, en el Aeropuerto Internacional de Cancún, Quintana Roo, en un operativo coordinado entre elementos de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, Guardia Nacional y Fiscalía del estado, se ha revelado el modo de operar de este defraudador profesional.
Trabajos periodísticos de Grupo Imagen en 2020, encendieron los focos rojos de la presencia de dos defraudadores profesionales Eduardo Z, quien con su socio y amigo Santiago León Aveleyra, dejaron una estela de fraudes a empresarios, actrices y personas cercanas a sus familias a quienes pedían de 1 millón de pesos hasta 1 millón de dólares.
El modo de operar de estos defraudadores, era seducir a empresarios prometiéndoles grandes ganancias en diversos negocios, para ello tenían diversas empresas, algunas de ellas son factureras.
En entrevista con Grupo Imagen, Rocío Poo Domínguez a quién la defraudaron con 200 mil dólares, nos dio a conocer el modo de operar de Eduardo “Z”, es la de ofrecerles un negocio con ganancias redituales o en su defecto manejar sus inversiones en el extranjero.
Para que no haya desconfianza, cada mes les reportaba una cantidad significante de su inversión, esto no generaba ninguna duda, hasta que el defraudador consideraba que ya había prescrito el delito que estaba cometiendo.
Sin embargo, Eduardo Z., se encargaba de lograr que todo esto prescribiera, como manteniendo el engaño dándote los intereses prolongando el tiempo, todo esto hasta que ya, él consideraba que esto ya podía haber prescrito legalmente, pues entonces te decía, no tengo y deber no es delito”.
Algo que las autoridades capitalinas, no han investigado es que a través de una de sus cinco empresas, comercializó 10 mil 100 dosis de vacunas contra la influenza que habían sido robadadas en el 2020, de acuerdo con la alerta sanitaria que envió la Cofepris para evitar que fueran compradas.
De las cinco empresas dos aparecen en los esquemas de desvíos de recursos de la llamada Estafa Maestra “Construcciones y Diseños Constanza” y Comercializadora Internacional TRIDAYA, con la que inició la venta de las vacunas contra la influencia.
Había una que se llamaba Tridaya con la que empezó a tratar de mover vacunas, estas de influenza que fueron robadas. Él empezó a promoverlas, era como una comercializadora de insumos médicos y todo”, aseguró Rocío Poo Domínguez.
En 2016, Eduardo Z., y su socio y amigo, Santiago León Aveleyra entraron a uno de los programas más ambiciosos que tenía la Secretaría de Movilidad de la Ciudad de México para implementar tabletas en los taxis capitalinos para competir con los taxis de aplicación de celular.
Esto no se pudo llevar a cabo por diversos actos de corrupción, donde están involucrados los dos empresarios, quienes tienen una estela de fraudes a empresarios y actrices. Otra de las personas defraudadas, es la actriz Leticia Calderón, quién envuelta por la labia de Eduardo “Z” a quién conoció en su momento en la escuela de su hijo, le prometió grandes ganancias en un programa de inversión que al final, nunca devolvió.
Entonces le dije, lo único que te pido es que no lo metamos a una inversión riesgosa, como le llaman, claro invertirlo, pero no con riesgo dijo si, no, no te preocupes yo lo voy a cuidar y entonces me sorprendió muchísimo cuando de repente llegó y me dijo, oye cometí el error llorando, llorando cometí el error de invertirlo y lo perdí, y se perdió todo”.
Otra forma de engañar a sus víctimas era dejando en garantía tres departamentos en Periférico Sur en la Ciudad de México que no eran de su propiedad, acciones de Altos Hornos de México, las cuales eran falsas y una mina, todo esto ante notario público.
Me ofreció que tenía una mina que se había asociado con varias personas entre ellos Santiago León, porque lo conocí a él y fuimos los tres con el notario a mí me dio un 1 por ciento, obviamente, según recuerdo él tenía el 49 y Santiago el 50 y ante notario y tal, como diciendo mira sí tengo la intención de pagarte”, aseguró Leticia Calderón.
De acuerdo con informes del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX), Eduardo Z., tiene 12 juicios en la capital del país, siete juicios civiles y mercantiles en proceso por fraude genérico y cinco juicios de amparo, denominados en el argot judicial, como “amparos buscadores”, los cuales funcionan como una estrategia para que el quejoso descubra si existe una investigación o una orden de aprehensión en su contra.
Dentro de los juicios que se llevan en proceso en este momento se encuentran: Juicio ordinario Civil 449/2017 llevado a cabo por el juzgado 34 Civil; Juicio Ejecutivo Mercantil 736/2016 en el juzgado 30 Civil; Juicio Especial Hipotecario Civil 1092/2015 llevado en el juzgado 7 Civil; Juicio Ordinario Civil 1527/2014 en el juzgado 25 Paz Civil/Cuantía Menor; Juicio Oral Mercantil 699/2014 en el juzgado 18 Juzgado Oral; juicio Oral Civil 631/2014 en el juzgado 8 Juzgado Oral; Juicio Ejecutivo Mercantil 1005/2013 llevado a cabo en el juzgado 28 civil.
El modus operandi consiste en defraudar a pequeños inversionistas nacionales e internacionales para llevar a cabo negocios irregulares con funcionarios públicos de los tres niveles de gobierno, utilizando las “empresas fachada”, como Fairfields Gold, S.A. de C.V; Parres Instalaciones, S.A. de C.V; Construcciones y Diseños Constanza, S.A. de C.V; Leavel, S.A. de C.V; Construcciones Diseños y Proyectos Emporio, S.A. de C.V., y Comercializadora Internacional TRIDAYA.
Estas empresas de acuerdo con la información del Registro Público de la Propiedad y el Comercio de la Ciudad de México, tienen un capital que varía de los 20 a 100 mil pesos; es decir, una inversión menor en comparación a la que se pide a sus inversionistas que sobrepasan el millón de dólares.
Eduardo Z., llevó su segunda audiencia el pasado martes 8 de febrero, donde fue citado su socio y amigo Santiago León Aveleyra, quién no se presentó bajo el argumento de que es perseguido del Gobierno de la Ciudad de México; sin embargo, la realidad es que tiene por lo menos 10 denuncias a la par de Eduardo Z., de igual número de personas que fueron defraudadas años atrás.
Fuente: Excélsior