El olor es irresistible. El ruido de las pipas del vaciado de fosas sépticas y letrinas inician su labor y a su paso despiden el hedor de los desechos de los baños portátiles que fueron instalados en el Zócalo de la Ciudad junto con el plantón de organizaciones sociales.
El tufo invade no uno, ni dos, sino varios restaurantes que se ubican a la redonda en donde los comensales con sus gestos reprochan esta situación.
En medio de la “ciudad de la resistencia”, los integrantes de diversas organizaciones sociales y comerciantes que se ubican a la redonda han hecho de esta situación algo cotidiano.
Los baños portátiles se han convertido en la “nueva” postal para las y los turistas quienes al intentar degustar de sus alimentos fueron invadidos por estos olores pestilentes.
En su momento organizaciones radicales, abrieron el drenaje y lo cubrieron con mantas para poder realizar sus necesidades.
Los dueños de negocios a la redonda han exigido frenar esta situación toda vez que sólo afectan a las y los oaxaqueños.
Aunque en el Congreso del Estado existe una iniciativa para frenar acciones de protesta que afectan a terceros, aún no se ha logrado su discusión, con ello también se estaría frenando este tipo de acciones de protesta por parte de organizaciones sociales.