Aunque no lo crean, alrededor del Contralor municipal de Huajuapan, hay una serie de intereses y corrupciones que están penetrando al resto del ayuntamiento. Pero vamos por partes.
Si Rubén Rodrigo Eleuterio Santillán tuviera un poquito de ética, de moral, ya hubiera presentado su renuncia al cargo. Seguramente, el presidente municipal le está apostando al tiempo, mismo que llevará a la ciudadanía al olvido de este tema, porque puede ser que en él vea planes a futuro.
Les voy a platicar algunos de los casos de cómo trabaja en sus litigios el contralor municipal:
A una víctima que se le iba a pagar un dinero por daños, justo cuando le estaban entregando el dinero, Rubén Rodrigo entró prepotentemente y ordenó que no se le pagara nada, bajo el argumento de que “ahorita el sistema es muy garantista”. En ese momento se rompió el convenio al que se había llegado.
Otro caso: a una mujer se le inventó un delito. La acusaban por despojo. El expresidente municipal de Juxtlahuaca, Nicolás Feria, conocedor del asunto, le puso a la imputada un abogado, pero la mujer le dijo que ya había conseguido a un defensor. Nicolás Feria, equivocadamente, eligió como defensor de la imputada al hoy contralor municipal, y este, en vez de ayudarla, canceló la audiencia con el pretexto de que ella no se presentaría por tener Covid. La mujer no tenía ninguna enfermedad, es más, ella estaba presente para la audiencia, y lo peor, falsificó la firma de ella para cancelar la entrevista.
Tengo más historias comprobables de este funcionario que me llevaría un buen rato platicárselas.
Solo para recordar; el tema de este funcionario municipal viene desde que se le conoció como defensor de un delincuente de la colonia Sinaí.
Y ya que hablo de la colonia Sinaí, les voy a platicar lo que hizo el presidente municipal, Luis de León Martínez Sánchez, en esa colonia.
Antes, me gustaría saber quién asesora tan mal al presidente municipal de Huajuapan, de otra manera no hubiera ido a dicha colonia, o hubiera actuado de diferente forma a como lo hizo.
Tal vez, la intención del presidente fue congraciarse con los habitantes de la colonia Sinaí al realizar allí un tequio, pero en realidad llegó a romper las relaciones en la comunidad, además, llegó a darle poder a los delincuentes y a fortalecer al Contralor Eleuterio Santillán.
Así pues, los delincuentes tomaron seguridad y respaldo, y se sintieron con la libertad de poncharle las cuatro llantas de su vehículo a la señora agredida en varias ocasiones con una pistola, y matar a su perro. (Para los que no están enterados del tema, favor de acudir a mis comentarios anteriores).
Esto sucedió porque el presidente, ni ningún funcionario del ayuntamiento, se acercó a la casa de la señora agredida repetidamente. Por lo menos, ya que estaban allí, le hubiera tendido la mano en sintonía a un simple saludo matinal.
A partir de entonces la señora está sola, completamente sola. A la Vicefiscalía ya no puede ir porque ésta ya apeló. Las medidas de protección que le dieron, fue que la patrulla haga rondines frente a su casa, pero esta nunca llega, y cuando ella la solicita, los elementos le dicen que para qué los llama si los delincuentes ya se fueron. Tampoco puede ir con el contralor para denunciar el mal desempeño de los elementos de seguridad, porque hay que recordar que este señor es el defensor de los delincuentes.
Entonces, ¿a dónde se puede quejar ahora?, ¿quién le puede dar protección a ella y a su familia?
¿Será que lo que hizo el presidente fue por misoginia? Hay que recordar que por este tema se ha distinguido el ayuntamiento actual. Si no se acuerdan de esto, en otro comentario les platico.
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