EFE.- La mayoría de los menores del Triángulo Norte Centroamericano, integrado por Guatemala, Honduras y El Salvador, prefieren quedarse en sus países a migrar, pese a la violencia o falta de oportunidades, reveló un estudio presentado por la organización internacional Save The Children.
El estudio denominado “Debería quedarme o debería irme”, analizó la complejidad de las decisiones migratorias, las necesidades y riesgos que enfrenta la niñez en estos tres países, con base en las respuestas de 122 niños y adolescentes de entre 7 y 19 años.
El 43% de los niñas, niños y adolescentes expresaron su preferencia de quedarse en su país o aún no tener intenciones de migrar en búsqueda de mejores condiciones de vida.
El 24% de los entrevistados manifestó su intención de migrar en un futuro próximo; el 17% no sabía con seguridad si se iría, aunque no lo descartaron si se planteaba alguna alternativa como una beca, trabajo o si sus padres decidían marcharse; mientras que un 16% no respondió.
La decisión de quedarse fue más alta en Guatemala, pues el 44% lo haría frente al 39% que se iría; seguido de Honduras, con 43% y 20% y, finalmente, El Salvador, con el 41% y 11%, respectivamente.
En El Salvador, el menos vulnerable de los tres países según la definición del Índice de Fragilidad de los Estados, aproximadamente uno de cada diez menores cuestionados tenía intención de migrar, señaló el informe.
¿Por qué se quedan?
Los resultados del estudio demuestran que en la mayoría de los casos son los propios niños y adolescentes quienes deciden migrar o no. Y la familia es un factor clave en la toma de decisión.
En concreto, el vínculo familiar impulsa a la población infantil a quedarse, pues desean permanecer cerca y recibir atención y apoyo.
A su vez, la migración exitosa de un familiar ayuda a reducir las posibilidad de migrar de los jóvenes al recibir remesas del extranjero.
Muchos de ellos consideran que las zonas donde habitan son seguras, donde mantienen los lazos familiares y comunitarios, y también creen que pueden alcanzar sus metas de estudio y empleo en sus países de origen, según el estudio.
¿Por qué se van? La caída del “sueño americano”
“La razón principal para migrar es buscar oportunidades económicas en el país destino, y una buena proporción salen para buscar oportunidades educativas que tampoco puede encontrar en su país”, explicó la directora regional de Save the Children para América Latina y el Caribe, Victoria Ward.
El documento resume que los jóvenes migran por mejores oportunidades laborales y educativas, por la violencia de género y las obligaciones familiares que les impiden estudiar en sus comunidades de origen.
A pesar de ello, el estudio señaló que el “sueño americano” no es siempre la “aspiración”, pues huyen de la violencia, la pobreza o la desigualdad que sufren en su lugar de origen.
“En todos los casos, la situación de violencia intrafamiliar o en la comunidad es un factor que impulsa a los jóvenes a migrar”, añadió la directora regional.
La niñas, “atrapadas” por las familias y las maras
“También hemos encontrado en este estudio que muchas veces las niñas sienten que no pueden salir de su casa por temor a las maras” y que las capten, detalló Ward.
Aunque no hay una “gran diferencia”, los varones “tienden a migrar más que las mujeres”, aclaró Ward.
Las jóvenes suelen estar presionadas por las obligaciones familiares, tienen menos acceso a la educación superior y son más propensas a sufrir violencia basada en género, correr mayor riesgo de sufrir violaciones, sobre todo en las áreas controladas por las pandillas, según el estudio.
Fuente: LatinUS