Ante la tragedia de personas migrantes en Texas, en la que se perdieron 53 vidas de hombres y mujeres originarias de Centroamérica y México, en el intento de adentrarse a Estados Unidos, el titular de la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), Bernardo Rodríguez Alamilla lamentó el suceso y llamó al Estado mexicano a establecer procesos de gestión de migración legal, que impidan la repetición de estos hechos.
También, el ombudsperson pidió al gobierno del estado atender de manera integral a las familias oaxaqueñas que fueron víctimas de estos hechos, para que cuenten con las facilidades migratorias, médicas y de repatriación de cuerpos que se requieran en cada caso.
Indicó que, ante este hecho que es solo la punta del iceberg de una profunda crisis migratoria, resulta fundamental garantizar la seguridad de las personas en situación de tránsito, e impedir que las condiciones en las que cruzan la frontera con Estados Unidos, aumenten sus condiciones de vulnerabilidad.
“Las autoridades del Estado mexicano deben generar, conjuntamente con sus homólogas norteamericanas, procesos claros y seguros de gestión de la migración legal y establecer mecanismos apegados a derechos humanos que contengan la inmigración irregular, pues como se ha visto en este lamentable caso, el tráfico ilícito de personas puede desencadenar tragedias en las que son vidas las que están en riesgo”, detalló.
Rodríguez Alamilla apuntó que la migración es un fenómeno mundial, que se centra en la búsqueda de personas que viven en países generalmente al sur de grandes potencias económicas, de encontrar mejores oportunidades económicas, de vida y también en muchos casos, de paz, pues en sus comunidades o países se viven situaciones de extrema violencia.
El fenómeno migratorio que ocurre de Centroamérica hacia Norteamérica, refirió, debe entenderse desde una perspectiva integral que contemple a todos los países de la región, pues tiene repercusiones no solo económicas, sino también de seguridad y humanitarias.
El defensor de los Derechos Humanos resaltó que el uso de la fuerza no detiene a las personas migrantes, ni tampoco los muros o los retenes, puesto que siempre van a encontrar un lugar para transitar o maneras cada vez más difíciles, por lo que se necesitan generar alternativas seguras, ordenadas y negociadas que desalienten desplazamientos irregulares y peligrosos.
Además de que sostuvo, es impostergable que el Estado mexicano atienda de fondo las causas estructurales que fomentan la migración, entre las más visibles y urgentes: la pobreza, la falta de oportunidades laborales y el clima de violencia.