MORELIA, Mich. (apro).- Nicolás Toledo, originario de esta capital, fue el único mexicano que murió junto con cinco víctimas más durante el ataque del desfile del 4 de Julio en Illinois.
Había llegado meses antes a Highland Park para visitar a familiares y, a sus 76 años de edad, andaba en silla de ruedas luego de haber sufrido un accidente.
Según testimonios obtenidos de su familia por el diario The New York Times, el hombre no deseaba asistir al acto conmemorativo del Día de la Independencia, pero tuvo que hacerlo porque no podía quedarse solo por el uso de la silla de ruedas.
Cuando el francotirador disparó desde un techo y mató a seis personas e hirió a cerca de treinta, los familiares de don Nicolás entraron en shock y en un primer momento creyeron que las balas formaban parte del espectáculo.
Sin embargo, cuando reaccionaron se dieron cuenta de que el adulto mayor había sido alcanzado por tres proyectiles: “Vimos sangre y nos salpicó”, de acuerdo con la narración de su nieta Xóchitl Toledo al periódico neoyorquino.
En el suceso, también resultaron heridos un hijo de la víctima y el novio de su nieta, aunque no de gravedad.
Tras la muerte del anciano, sus familiares ahora realizan trámites para que su cuerpo regrese a México, con el acompañamiento del Instituto Nacional de Migración (INM), que apoyará las gestiones de traslado y demás movimientos fúnebres.
A través de la plataforma Go Fund Me —que se utiliza para recaudación de recursos—, Xóchitl Toledo escribió:
“Mi abuelo Nicolás Toledo, padre de ocho y abuelo de muchos, nos dejó esta mañana del 4 de julio. Lo que se suponía que iba a ser un divertido día en familia, se convirtió en una pesadilla horrible para todos nosotros. Nicolás no sólo fue un hombre cariñoso, creativo, aventurero y divertido. Como familia estamos rotos”.
Según reportes de medios locales, desde el inicio del tiroteo en Highland Park, un suburbio de alrededor de 30 mil habitantes, la multitud corrió despavorida, mientras que vecinos atrancaron las puertas de casas y negocios, mientras la policía lanzaba un amplio operativo en la zona, escoltando a algunas personas a sus viviendas.
Cinco personas murieron en el lugar de los hechos y una más perdió la vida mientras recibía atención médica en el hospital de la localidad, donde fueron recibidas más de 26 víctimas heridas de bala, entre ellas cuatro menores de edad.