Ni hablar.
Lo importante para el todavía líder nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro Moreno Cárdenas era salvar el pellejo, antes que ser desaforado y pisar la cárcel por diversos delitos como corrupción y presunto lavado de dinero, al pisarle los callos el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador a través de la gobernadora de Campeche, Layda Sansores.
El poder es el poder.
Y junto con el coordinador de la bancada del PRI en el Congreso Federal, Rubén Moreira sucumbieron al mandato de López Obrador para que sin mayores contratiempos la Guardia Nacional pasara a formar parte de la Secretaría de la Defensa Nacional.
Lo grave y que pone en estado de alerta a México y a los propios defensores de derechos humanos es que existe la posibilidad de ir hacia una militarización, ello por el poder, así se ve, que AMLO les otorga a las fuerzas armadas, que incluso puede servir para perseguir a los críticos del gobierno que hacen política.
En un país democrático como México se han tenido policías civiles, caso contrario a los gobiernos dictatoriales como Cuba, Nicaragua, Venezuela, donde hay policías militares ¿hacia allá vamos?, ¿ese será nuestro destino?
Sería gravísimo, como dice Catón, la militarización de una sociedad representa una amenaza para los derechos de las personas.
Contrario a esta hipótesis, López Obrador se atrevió a reconocer, durante su gira por Jalisco, que la delincuencia organizada tiene “grupos muy poderosos” y que es importante que los estados puedan tener el respaldo de las fuerzas federales para garantizar la seguridad a la ciudadanía, así justificó su decisión sobre la Guardia Nacional.
En ese trance político, el más afectado fue el vapuleado “A(m)lito” Moreno, al que no solo la #4T en el Congreso Federal logró doblarle las manos después de que le exhibieran públicamente sus tropelías, sino que ahora de “traidor” no lo bajan priistas, panistas y perredistas por haberlos engañado.
Moreno Cárdenas dobló las manos al ofertar una propuesta legislativa alterna en voz de la diputada Yolanda de la Torre consistente en posponer la presencia de los militares en las calles hasta el 2028, acto que fue repudiado por el líder nacional del PAN, Marko Cortés porque ni siquiera fueron tomados en cuenta para semejante tema y se vino la andanada de críticas hacia el impresentable “A(m)lito”.
Con este acto de sumisión ¿gana impunidad A(m)lito Moreno?, después de todo lo que el propio López Obrador le exhibió a través de Layda Sansores como el grave enriquecimiento ilícito y lavado de dinero, delitos que son castigados con cárcel, ¿ya no habrá justicia?, ¿será perdonado?
¿Cuál será la justificación y argumentos de la bancada de Morena en San Lázaro para dejar impune a A(m)lito?
No se midieron. También las y los diputados morenistas son grandes simuladores.
Por lo pronto, la otrora alianza Va por México parece que ya bailó, lo que fortalece a la #4T para las elecciones del Estado de México y Coahuila en el 2023 los van a dinamitar, porque la verdadera oposición quedará reducida solamente al Partido Acción Nacional, el PRD, dicho sea de paso, solo es el membrete que siguen conservando gracias a las coaliciones que han hecho en cada elección federal y estatal.
Ya lo dijo el gobernador de Querétaro Mauricio Kuri al hacer un fuerte llamado a las y los panistas al pedirles que de cara al 2024 el PAN debe buscar una asociación digna, de valor y amor por México, y aunque no lo citó de forma directa la imputación de traidor al PRI y su líder A(m)lito, sí les dejó claro que los panistas no deben permitir que “los secuestren la incongruencia, el arribismo y lo impresentable de la política”.
Fuertes sus palabras, llamó a los panistas a hacer una alianza con la sociedad mexicana, con una agenda social y no de personas, pero habría que admitir que solos es imposible que puedan ganarle a un Morena en el 2023 y 2024, necesariamente requerían del PRI, pero ante el escenario de traiciones, el PAN se quedará solo y el tricolor podría reducirse a un mero membrete.
Y ya empezó a notarse el poder militar, porque el verdadero protagonista en la política nacional es el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, quien no solamente tiene bajo su control las obras más importantes del sexenio, sino que ahora es el que se sienta con diputados federales y senadores para dictar la línea a seguir.
Es el verdadero poder tras el trono, hasta las mismas “corcholatas” Claudia Sheinbaum, Adán Augusto López y Marcelo Ebrard se cuadran ante su majestad, pues es el que controla la política en este país y al que le dieron mayor poder incorporando a la Guardia Nacional a la Sedena.
Cresencio Sandoval tiene bajo su mando a las aduanas, aeropuertos, todo el tema educativo, de salud, bienestar y ahora tendrá al Ejército en las calles de este sufrido México.
Aquí vale preguntar, ¿quién fue el ganón, López Obrador o el general Sandoval?
Porque efectivamente lograron la aprobación para que la Guardia Nacional forme parte de la Sedena y al mismo tiempo desarticularon a la alianza opositora al obligar a “A(m)lito” a pactar impunidad a cambio de aceptar dichas reformas.
Ya ven como todos son iguales. Finalmente, al pueblo le dan atole con el dedo.
Ojalá en un futuro no muy lejano, AMLO no se arrepienta de haber fortalecido al mando militar.
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