La diputada Naty Díaz , suscribió junto con las y los integrantes de la Comisión Permanente de Grupos en Situación de Vulnerabilidad, la iniciativa con proyecto de decreto, para declarar el 25 de septiembre de cada año como el Día Estatal de las personas sordas y de su lengua de señas mexicana, con el fin de visibilizar, sensibilizar, concientizar e informar a la población en general, ante los obstáculos que enfrentan diariamente.
Sobre esta iniciativa, aprobada por obvia y urgente resolución, la legisladora indicó que de acuerdo a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), en México no se cuenta con estadística relativa a la comunidad de personas sordas, las cifras oficiales se enfocan en datos sobre discapacidad auditiva y mencionan que, a nivel nacional, 33.5% de la población vive con discapacidad auditiva, de la cual el 35.4% son hombres; 31.8%, mujeres; 12.1% niñas y 14.4% niños.
En ese contexto -comentó la diputada- se informó que 60% de los casos de sordera en niñas y niños pudieron prevenirse, en tanto que 1 de cada 3 personas mayores de 65 años tienen pérdida de audición.
La legisladora señaló que el mismo organismo a nivel nacional expresó su preocupación por las casi 700 mil personas con deficiencia sensorial auditiva, en tanto que la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su “Informe Mundial sobre la Audición” estima que, para 2050, casi 2 mil 500 millones de personas vivirán con algún grado de pérdida auditiva, de las cuales al menos 700 millones necesitarán servicios de rehabilitación.
Es decir que la inacción tendrá costos para la salud y el bienestar de los afectados, y también causará pérdidas económicas derivadas de la exclusión de esas personas de la comunicación, la educación y el empleo, detalló.
Dijo que la discapacidad auditiva suele ser invisible, “ya que las personas que viven en esta situación no tienen un síntoma visible de su discapacidad, es por ello que reciben poca o nula atención por parte de la sociedad o del Gobierno”.
Explicó que derivado de la pandemia por COVID-19 que atravesó todo el mundo, las personas sordas no solo se vieron amenazadas por esta enfermedad sino también por la dificultad para expresarse adecuadamente con su lengua de señas, ya que por la emergencia sanitaria se implementó el uso obligatorio de cubrebocas, lo que los limito a no poder realizar gestos y esto es algo indispensable para su comunicación.
Puntualizó que conmemorar a las personas sordas, permite hacer un llamado a las autoridades para generar acciones y proporcionar herramientas para ejercer sus derechos fundamentales, esto es que resulta necesario desarrollar políticas públicas que permitan la plena inclusión en la sociedad y con ello generar condiciones para una vida digna.