-Ellos han evitado subir sus precios para continuar la tradición de llevar pan de muerto a los altares
-Sin incentivos para mitigar la crisis económica después de la pandemia, los productores se las ingenian para subsistir
Con materias primas cuyos precios están por los cielos -huevo, harina, mantequilla, manteca, azúcar- los integrantes de la industria del pan, se preparan para afrontar una etapa económica muy difícil a partir de octubre, “haciendo un agujero más al cinturón y ajustándonos a la deplorable economía de las familias oaxaqueñas, para no subir costos y así solidarizarse para que lleven a sus altares al menos una pieza del tradicional pan de muerto”.
Con una herencia familiar en la elaboración de pan, el representante de la Unión de panaderos de Oaxaca, José Alfredo González sostuvo que después de la capital de la República, aquí es el estado con mayor producción de pan, “con una calidad en sus ingredientes que difícilmente podríamos vender al verdadero precio, situación que provocó que desde la pandemia a la fecha hayan cerrado 20 panaderías que no pudieron sobrevivir y absorber esos gastos de producción”.
Detalló que las materias primas subieron demasiado:
-bulto de harina de 44 kilos oscilaba entre 450 y 500 pesos ahora cuesta 900 pesos
-caja de manteca vegetal de 24 kilos, rebasa los mil pesos y antes costaba de 700 a 800 pesos
-bulto de azúcar antes costaba 600 y 700 pesos ahora subió a 950 pesos
-Caja de huevo alcanza los 800 pesos
En la entidad, aclaró, los panaderos regularmente usamos la mejor calidad de margarina para nuestro pan, subió de 350 hasta 780 pesos la caja. Y el ajonjolí es caro, hasta hace 3 meses estaba en 70 pesos el kilo, pero hoy ni siquiera hay, está escaso por el exceso de lluvias.
Regularmente previo a la temporada de “Todos Santos”, pasamos por una etapa difícil porque cada año suben los precios, de octubre hasta noviembre, sin embargo la situación actual nos hace pensar que habrá un mayor incremento y escasez en materias primas, “la harina es importada, los granos escasean y se encarecen debido al conflicto entre Rusia y Ucrania, es el granero del planeta, entonces esto es uno de los factores que ha provocado este aumento excesivo”, reconoció.
Creemos -afirmó el dueño de la panadería La Popular- que los muertos de noviembre, “vienen más flacos”, sin embargo, vamos a intentar salvar la tradición, Oaxaca siempre celebra a sus difuntos, esperamos que este año se pueda colocar al menos una pieza de pan en cada altar, aunque reconocemos que no serán los tiempos en los que se colocaba una canasta llena, porque en general todos padecemos una dieta obligatoria.
Describió que los principales centros de elaboración de pan, por su sabor y variedad -hasta un centenar de figuras diferentes, solo en Valles Centrales- se encuentran: Zaachila, Ocotlán, San Antonino, Miahuatlán, Etla, Tomaltepec, Tlacolula y la capital.
Solo por mencionar algunas piezas, la clientela puede encontrar: conchas, cuernos, piñas, ojos de buey o nido, pan de manteca, rosca, tiernas, puros, gendarmes, laureles campechanas, polvorones, mantecadas, chinos, orejas, banderillas, tornillos, pan de yema, resobado, molletes, hojaldras, pan amarillo, de cazuela, finitos, empanadas, conejos, entre otros, enumeró.
El empresario denunció que a pesar de las bondades que genera este oficio, tanto empleos como alimentos, el gremio está abandonado, “hemos tocado puertas para buscar apoyo en esta crisis que se agrava desde la pandemia, y no han volteado a vernos, ni nos ven ni nos oyen, los gobiernos no nos hacen caso, hemos sobrevivido como podemos, con esfuerzo solitario y sí se suma que ahora los políticos se ganan a la gente con cursos para enseñar a hacer pan, pues la clientela menos compra, ya lo hacen por su cuenta y eso también nos pega”.
Dijo que el pan, es un alimento de primera necesidad, que ha comenzado una ligera recuperación, pero la producción es todavía del 50 por ciento de la capacidad, “ya están regresando a clases y a los centros de trabajo, y eso nos ayuda, solo en mi caso, elaboramos alrededor de mil 500 piezas de pan blanco bolillo diario, para las tradicionales tortas para el trabajador o el estudiante, además de las 3 mil 500 piezas de dulce”.
Expuso que una panadería por pequeña que sea, genera un promedio de 20 empleos, es decir que llevan ingresos a un número similar de familias, por ello “lucharán” para que su oficio prevalezca y nuevamente buscarán oportunidades y apoyos.
“En los próximos días, tendremos una reunión con panaderos para lograr beneficios hacia este sector productivo, queremos créditos accesibles, espacios y así como se promueven a las tlayudas, queremos una Feria del Pan, que promueva todas las variedades que hay en la entidad, con garantías que brinden para su realización autoridades municipales y estatales”, puntualizó.