Visto el proceso electoral que se lleva a cabo en los estados de México y Coahuila para elegir gobernador el próximo 4 de junio, nos arriesgamos a pronosticar que las cosas resultarán requetebién en el primer caso, para el partido Morena, y requetemal en el segundo.
Por la circunstancia de haber sido gobernado por el PRI durante 94 años, en el Edomex se observa un gran despliegue de recursos y mecanismos para tratar de burlar la voluntad popular. Desde la boleta electoral donde en cuatro casilleros aparece Alejandra Del Moral y solo en uno Delfina Gómez, a pesar de representar a una coalición de tres partidos, hasta la participación abierta del Instituto Electoral para favorecer a la candidata del grupo gobernante. Sin embargo, pese al gran “cochinero” que están armando, no va a ser fácil que el PRIAN remonte la ventaja de la abanderada morenista, quien avanza con un promedio del 57.8 % de votos efectivos de preferencia a partir de la serie de encuestas más recientes.
Delfina, cuya divisa es luchar contra la corrupción y extender los programas sociales del gobierno de López Obrador, definió en el segundo debate su determinación de derrotar el fraude: “Juntos les vamos a dar una lección de dignidad que nunca van a olvidar”.
Representante de la clase media, de palabra fácil y con una cauda de acusaciones detrás suyo, Del Moral es exactamente lo contrario a la trayectoria de la profesora rural que le habla a la gente en su lenguaje, aunque se le dificulten los debates y las entrevistas. Senadora con licencia, elección en que ya derrotó a Del Moral, exsecretaria de Educación y exalcaldesa de Texcoco, Delfina ha solicitado a la gente no dejarse comprar por los tinacos, las despensas y otras promesas en una entidad históricamente empobrecida, a pesar de su riqueza productiva. Ya casi tienen maestra gobernadora.
No es el mismo optimismo en Coahuila, en donde Morena no soportó el abandono de las fuerzas políticas con las que ha caminado en otros estados. Se ve casi imposible que remonte la ventaja de 10 puntos de Manolo Jiménez sobre Armando Guadiana.
La previsible derrota tendrá que generar cambios en los mecanismos internos de Morena para escoger candidatos y en el propio espíritu unitario con el PT, partido que con Ricardo Mejía Berdeja actuó como esquirol para dañar al movimiento.
Tan requetemal se presenta la elección que las descalificaciones a Berdeja, por no sumarse a Guadiana, dan la razón a Gerardo Fernández Noroña quien se desligó de aquella aventura electoral en que los metió el Partido del Trabajo.
Igual opera el Verde con el abanderado de un partido local, Lenin Pérez (hijo del exdirigente sindical de la UNAM, Evaristo Pérez Arreola) lo cual sepulta cualquier intento de recuperar la entidad bajo control de los hermanos Moreira. Al menos que se produzca un milagro.
Con todo, el eventual triunfo de Delfina, en la entidad más poblada del país, ensanchará la confianza del partido del presidente en su ruta hacia el 2024 y revalidará su arrastre para heredar la silla presidencial a quien resulte escogido de los tres aspirantes en este orden de posibilidades: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Adán Augusto López Hernández.
La semana pasada los dos primeros estuvieron en Oaxaca. Por los hechos y acciones observados, quedó claro que el gobierno estatal operó – sin temor a dañar su imagen – para que todo se volcara a favor de la jefa de Gobierno tanto en las concentraciones cono en la difusión previa, durante y posterior a los eventos, ignorando olímpicamente al titular de Relaciones Exteriores.
La frenética movilización de la estructura morenista se produjo en una semana en la que se prendieron “focos rojos” en la estrategia local de seguridad y de cara a la reactivación de las movilizaciones magisteriales que abrirán este lunes y martes con un paro de 48 horas, pese a que el propio gobernador los apalancó en su demanda de bajar la iniciativa de trasladar a maestros del ramo al Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas. Primer triunfo de un extenso pliego petitorio.
Las duras críticas en contra de la intervención de 10 gobernadores en abierto apoyo a una de las “corcholatas”, fueron formuladas por el propio canciller quien sufrió aquí mismo el quebranto de la traición de quienes se decían sus fieles. Como hizo Pedro con Jesús. Éste había profetizado: “Antes de que cante el gallo dos veces, me habrás negado tres”. Así le hicieron al “Carnal”: ¡Qué poca manera!
@ernestoreyes14