El pasado 1° de septiembre, desde el estado de Campeche, el presidente López Obrador en su obligación constitucional de rendición de cuentas, pronunció su 5° informe de gobierno. Destacando el inició de actividades de la nueva refinería Dos Bocas, asegurando que estará produciendo 290 mil barriles diarios de gasolina. Así como también, el avance de otra de sus obras insignia, el Tren Maya, que se inaugurará en diciembre próximo, y en el cual realizó un recorrido de supervisión al término de su acto. Pero en lo que sin duda hizo énfasis, fue en la reducción de la pobreza en el sur y sureste del país, sosteniendo que los estados más beneficiados en este aspecto han sido Chiapas, Hidalgo, Veracruz, Guerrero y Oaxaca.
El mandatario nacional argumentó que esta dinámica económica en estos estados mejoró las condiciones de vida porque recibieron más recursos. Tan sólo en el caso de Oaxaca, por ejemplo, el gasto federalizado durante el período 2022-2023, registra una variación real con un aumento del 8.1%. Sin mencionar la incidencia en la microeconomía oaxaqueña de los programas para el Bienestar.
Al respecto, Salomón Jara Cruz, Gobernador Constitucional del estado de Oaxaca, ha calificado como histórica la disminución de la pobreza en la entidad en un 3.2% durante el año 2022. Lo que, en teoría, significa mejores condiciones de vida y aumento en el ingreso de miles de oaxaqueños. Pero que, de acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, CONEVAL, junto con Chiapas (67.4%) y Guerrero (60.4%), Oaxaca (58.4%) continua dentro de las tres entidades con el mayor porcentaje de población en situación de pobreza.
Y aunque en el contexto de los dos años de pandemia por el Covid-19, y sus innegables implicaciones negativas en materia económica, estos resultados son un logro, lo cierto es que la vulnerabilidad es multidimensional.
En su informe de la medición de la pobreza 2022, el CONEVAL muestra que la población vulnerable por carencias sociales en Oaxaca aumentó, pasando de 23.4% en el 2018 a 29.2% en 2022. El porcentaje de población población con al menos tres carencias sociales incrementó de 48.6% en 2018 a 57.9% en 2022. Con la mayor afectación en la población con carencia por acceso a los servicios de salud, pasando de 16.3% en 2018 a 65.7% en 2022.
Por su parte, los resultados de la encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022 del INEGI, ubica a Oaxaca como la segunda entidad federativa con el menor gasto corriente monetario, solo por encima de Chiapas. Esto quiere decir que es la segunda entidad con el menor poder adquisitivo en México. Con una distribución mayor de sus ingresos en gastos de alimentos y bebidas, transporte y comunicaciones; y, con una distribución menor en vestido y calzado, salud, y cuidados para la casa.
En pocas palabras, en Oaxaca el ingreso solo alcanza para sobrevivir y tener las posibilidades para continuar trasladándose del trabajo al hogar y viceversa, más no para tener un modelo humanista para vivir.
En este contexto, y de acuerdo con la organización México cómo vamos, durante el 2022, Oaxaca fue la 3ª entidad con peor desempeño en pobreza laboral, con el 61.6% de su población en esta situación. En el mismo año registró que el 74.9% de su población se encuentra en la informalidad laboral, siendo trabajadores que cuentan con empleo sin las prestaciones laborales o vínculo reconocido.
Problemáticas que empañan el denominado logro histórico de la reducción de la pobreza en México y en Oaxaca. Panorama complicado de revertir para Salomón Jara, dado que, además de no tener claridad en las estrategias para fomentar el desarrollo regional en el estado, sin indicio alguno de una sola obra insignia de su gestión, utiliza la misma retórica de culpar al pasado de los tropiezos de su administración.
Recientemente, el mandatario estatal inició con su modelo de “atención directa”, recorriendo los municipios del estado, estilo similar al del presidente. Uno de estos recorridos se realizó en la colonia la Ejidal, agencia municipal de San Martín Mexicapan; donde el pueblo bueno y sabio acudió al encuentro, impulsados, más allá de un éxtasis morenista, por la gran oportunidad expresarle directamente al gobernador sus necesidades y problemas relacionado con el sistema de drenaje y las consecuencias que cotidianamente sufren en sus viviendas.
Ante tal situación, la respuesta del gobernador generó desconcierto entre los asistentes al evento. Dado que, en lugar de atender y escuchar a vecinos de una colonia con gran porcentaje de afiliados a MORENA, cuestionó del por qué no exigieron dichas mejoras a su antecesor, Alejandro Murat.
Las quejas del actual mandatario estatal en contra de la administración anterior no son nuevas. Desde el primer día de su gestión en diciembre del 2022, daba a conocer que heredó una de deuda de 20 mil MDP, con cascarones de diversas obras que fueron utilizadas para engañar a los oaxaqueños, y conflictos agrarios que no se resolvieron. Ese mismo día, también anunciaba que durante su gestión no habría impunidad, ni doble moral al margen de la Ley.
Meses después, en febrero del 2023 el gobernador daba a conocer al público los abusos, irregularidades y actos de corrupción de la administración pasada. Pero, hasta la fecha, quedó en eso, un simple anuncio porque hoy en día no se tiene conocimiento de ninguna acusación formal o inicio de investigación en contra de Alejandro Murat.
El justificarse en el pasado lejos de abonar, incrementa la desatención para solucionar problemáticas como, por ejemplo, el aumento de los feminicidios y los homicidios, y el incremento de migrantes. Por si fuera poco, Salmón no puede culpar al pasado por dos razones; primero, porque dentro de su gabinete cuenta con ex funcionarios de Gabino Cué y Alejandro Murat con un negro historial; y, en segunda, porque poco o nada ha impulsado para aplicar la justicia en contra de todo aquel que tenga responsabilidad en uno de los más grandes monumentos a la corrupción del estado de Oaxaca y que se encuentra a la vista de todos, el CityBus.
Es verdad, no existe duda que los sexenios pasados han lastimado a Oaxaca, pero para el actual gobernador era un escenario más que claro; al menos de que durante su campaña todo fuera mentira y no sabía en lo que se estaba metiendo. Con esto no se quiere dar la idea de no llevar a cabo todos los procedimientos necesarios para hacer justicia ante al daño a las arcas financieras estatales, por el contrario, es una tarea pendiente y compromiso de campaña.
En la actualidad, Oaxaca se encuentra asediada por un problema que puede convertirse en poco tiempo en una tragedia para muchas familias. El pasado 30 de agosto la Secretaría de Salud de Oaxaca, emitió una alerta epidemiológica ante un latente riesgo sobre el incremento de casos de dengue en la entidad. La dependencia dio a conocer que se registran 709 casos acumulados en las seis jurisdicciones sanitarias; siendo los Valles Centrales (498), la Mixteca (57) y el Istmo (47), las regiones con mayor número de casos.
El panorama es alarmante, de acuerdo con el Sistema Especial de Vigilancia Epidemiológica de Dengue, durante la semana epidemiológica 34 (29 de agosto del 2022), en el año 2022 en Oaxaca se registraron 244 casos acumulados. Esto significa que existe un aumento del 190.6% en comparación con datos al corte de la misma semana epidemiológica del presente año.
Por si fuera poco, la encargada de la Secretaría de Salud de Oaxaca aceptó que se utilizó un insecticida caducado para combatir el dengue y zika en zonas de riesgo en la entidad. Decisiones que nada tienen que ver con el pasado, ya que una cosa es no contar con el presupuesto y otra muy distinta atentar contra la salud pública de los oaxaqueños.
A pesar de la urgencia para resolver esta problemática en el corto plazo, existe una problemática mayor con la que el mandatario estatal no debe de confiarse y que se relaciona con la reducción momentánea de la pobreza, porque en pocas palabras, las personas no dejaron de ser pobres, sólo se volvieron dependientes del dinero público. Principalmente porque al presidente Obrador le falta un año de gestión y al mandatario estatal le faltan poco más de cinco. En los cuales tendrá que diseñar estrategias sostenibles para afrontar las consecuencias de las decisiones tomadas en materia de económica y de la distribución del presupuesto público en México.
Cambiar estrategias de política social por programas asistencialistas para el Bienestar que no son contributivas y que no producen un rendimiento, generará una inevitable crisis fiscal en los próximos dos años. Aunado a esto, el aumento en las tasas de interés está propiciando una latente crisis de fin de sexenio,
A saber, es un escenario similar al de diciembre de 1993, cuando el ahora expresidente, Carlos Salinas de Gortari era el presidente más popular de la historia de México, y pasó a ser el villano político más odiado en México, hasta la fecha, en diciembre de 1994, sólo un año después. En esos años, al igual que ahora, la mayoría de los analistas no se daban cuenta de la crisis, hasta que la crisis ocurrió.