Sumida en una grave crisis de inseguridad, en la que las instituciones encargadas de velar por la seguridad de sus habitantes solo simulan, Oaxaca nuevamente se mantiene, de acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) en altos índices estadísticos de los delitos de extorsión, narcomenudeo, violencia familiar.
En las cifras actualizadas del Secretariado Nacional llama poderosamente la atención el incremento en comparación al 2022 del delito del narcomenudeo de hasta 113%, está disparado y de un 11% la extorsión. Con razón tantas quejas de la ciudadanía en redes sociales.
Aunque les irrita mucho a los huéspedes de Palacio de Gobierno cuando se habla con datos fundamentados sobre la grave ola de violencia que nos azota, la realidad los ha superado y ante esos hechos, ellos podrán seguir engañándose, pero no se puede ocultar la verdad y hay temas de gran importancia que se deben abordar en la agenda pública.
En la misma tónica que su jefe político Andrés Manuel López Obrador, el gobernador Salomón Jara Cruz ni ve, ni escucha, solo le importa lo que sus colaboradores le susurran al oído, como el propio Jesús Romero López que lo trae cilindrado de que todo es una “guerra sucia”, mientras en la zona norte del Istmo hay indicios de violencia.
Tan grave está la violencia en el Istmo de Tehuantepec, que ahora sí, hasta los medios de comunicación de la región están pidiendo al propio gobernador Jara que atienda el tema y aunque apenas el lunes se anunciaron los operativos en los que participan elementos de todas las corporaciones, la comunidad de Palomares decidió suspender las clases para no poner en riesgo a las y los niños.
En la versión oficial, precisa que se reforzaron los operativos de seguridad en la zona norte de la región del istmo de Tehuantepec en cinco rutas prioritarias para la protección de la población, en coordinación con la Guardia Nacional, la Secretaría de Marina y policías estatal, vial y municipales.
La población les tiene una mayor confianza a elementos de la Marina Nacional, ojalá logren frenar la violencia.
Y aquí viene a colación ¿cuáles son las estrategias de seguridad y prevención que realiza la Secretaría de Seguridad Pública con Iván García Alvarado?, ¿qué hace Chucho Romero con sus colaboradores de paz?, éste último se la pasa diciendo que lo publicado por los medios de comunicación es falso, que no es la realidad.
Y si no es real lo de la zona norte del Istmo entonces ¿para qué montaron el operativo?, son cinco rutas:
Ruta 1.- Se definió de Palomares a Estación Mogoñé, la cual quedó a cargo de la Guardia Nacional Sector Caminos.
Ruta 2.- Se estableció de Estación Mogoñé a San Juan Guichicovi a cargo de la Policía Estatal.
Ruta 3.- Va de Estación Mogoñé al crucero de Lagunas, a cargo de la Guardia Nacional Sector Caminos.
Ruta 4.- Matías Romero a Santo Domingo Petapa a cargo del 99/o Batallón de Infantería y la Guardia Nacional.
Ruta 5.- Matías Romero a cargo de la Policía Estatal, la Secretaría de Marina y la Policía Vial Estatal.
Oaxaca no está para simulaciones, urgen estrategias que frenen la grave ola de violencia que nos azota, ellos prometieron ser diferentes, el mismo Jara Cruz dijo en sus discursos que en su administración se transitaría a una paz verdadera, al desarrollo, y aunque argumenten que apenas van de empiezo, van a cumplir 10 meses, no hay nada.
Ahora bien. Hasta políticamente están mal.
El presidente Andrés Manuel López Obrador no está del todo contento con Salomón Jara porque el gobernador se comprometió a darle certeza jurídica y de seguridad a una de las obras más importantes del sexenio federal que es el tren transístmico y no ha podido cumplirle, el Istmo es un polvorín y justamente Salina Cruz, donde se desarrolla el Interoceánico.
La obra emblemática no ha podido avanzar como quisiera el presidente AMLO, vaya ni el rompeolas han logrado terminar y mucho tiene que ver la inseguridad y el pleito entre bandas de sindicatos, hasta el momento no han logrado destrabar el problema.
¿Por qué creen ustedes que montaron el operativo en la zona norte del Istmo?, por temor a un desbordamiento de la violencia delictiva que por supuesto afectaría gravemente la obra del Interoceánico. Ahí también reina el huachicol y el tráfico de migrantes, es un asunto muy serio.
Es momento pues que el propio gobernador Salomón Jara se ponga las pilas, asuma su responsabilidad como hombre de estado, y haga los cambios pertinentes en su gabinete, no se necesita decir quiénes son las cabezas visibles que no le funcionan y que lo tienen sumido en una grave crisis de inseguridad.
Que no emule al exgobernador Gabino Cué Monteagudo o al propio Alejandro Murat Hinojosa, a quien infinidad de veces se le advirtió públicamente de lo mal que estaban varios funcionarios de su gabinete, hizo caso omiso y vean cómo terminaron.
No hay peor ciego que el que no quiere ver, aún está a tiempo de recomponer su gobierno.
Así las cosas, en nuestro bello estado, no queda de otra estimada audiencia más que cuidarnos y estar muy alertas.
DE COLOFÓN:
Nos reportan que en el cerro llamado El Gallo que colinda con los Ibañez y pertenece al área de Monte Albán, colonos de Santa María Atzompa están lotificando el terreno e incluso han sembrado agave y maíz, argumentando que esos espacios eran de sus “abuelos o de sus papás”, sin que hasta el momento cuenten con documentos que les acredite la propiedad, la cual es del gobierno federal.
En una denuncia ciudadana que nos hacen llegar al correo, deportistas que se dedican al senderismo en esas áreas señalan que dicho cerro el cual se ubica dentro del polígono de esa reserva federal, lo tiene en completo abandono el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y es el responsable de su cuidado.
Los presuntos invasores no limpian el cerro solo lo están destruyendo, con la tala de árboles nativos de la zona, y cambiando el suelo por magueyes, incluso colocando en grave riesgo de que la Unesco nuevamente pretenda quitarle el reconocimiento de patrimonio de la humanidad a Monte Albán.
Como ocurrió hace aproximadamente un año cuando la Unesco le quería quitar la carretera a los Ibáñez por que la pavimentación que pusieron no es compatible para la visibilidad de Monte Albán y condicionaron que, si no cambiaban el material, le quitarían a la zona arqueológica dicho reconocimiento.
Y ahora el problema de invasión del cerro se agudiza porque hay más personas que están entrando de colonias que viven cercanas al municipio de Santa María Atzompa a cercar los terrenos y se supone que son federal, puesto que el mismo INAH acaba de delimitar con reposición de maya ciclónica nueva, lo que impide también que deportistas puedan desarrollar su senderismo en esas rutas.
Los colonos están destruyendo la naturaleza, y el cerro en mención que es uno de los pulmones de la ciudad de Oaxaca de Juárez, pero hasta los árboles de huizaches que están en peligro de extinción los han quitado, no respetan nada y el INAH no se da por enterado, mientras los encargados de seguridad de Monte Albán se hacen de la vista gorda.
A pesar de que también hay un campamento cerca de la zona arqueológica de la Guardia Nacional, tampoco hacen nada, aunado a la grave inseguridad que priva en esas áreas a orillas de la carretera donde se han registrado constantes asaltos.
Ante esa grave invasión que amenaza nuevamente a Monte Albán, piden al INAH intervenir y enviar a supervisores para que constaten por ellos mismos cómo se han adueñado de los terrenos y sembrado maguey, incluso hasta una poza de agua ya tienen para regar el sembradío de agave, también lo utilizan personas que viven en lotes de San Pedro Ixtlahuaca.
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