La antigua leyenda coreana narra que la persona que se proponga a hacer mil grullas de origami recibirá un regalo de los dioses. Dicen que incluso se puede conceder la felicidad eterna, curar una enfermedad o alcanzar la buena suerte. Es la tarde de un miércoles nublado en Ciudad Universitaria y observo a Gabriela Díaz Valverde llegar a la Facultad de Medicina sosteniendo entre sus manos dicha figura de papel. Le faltan todavía 999 réplicas, pero ella no desea recibir algún premio superficial, lo confiesa, ella lo que quiere es volver a tener entre sus brazos a su hermana Mariela Vanessa Díaz Valverde, desaparecida hace 5 años en la alcaldía Iztapalapa de la Ciudad de México.
A los costados de la grulla, que fue colocada sobre una mesa del Auditorio “Alberto Guevara Rojas”, observo fijamente dos fotografías monumentales acompañadas de flores rosas y orquídeas. A la derecha se encuentra plasmado el retrato de Herminia Valverde, madre de Gabriela y Mariela, fallecida el pasado mes de mayo derivado de un cáncer que la aquejaba. Partió de este mundo sin saber el paradero de su hija. Del otro lado se encuentra el rostro de la estudiante de segundo semestre de Letras Hispánicas que nos tiene reunidos aquí.
El rector de la UNAM, Enrique Graue Wichers, con una mirada baja y vestido con un traje sastre color gris, así como su gestión al frente de la Máxima Casa de Estudios, reconoció que el personal universitario no compartió oportunamente información con la familia de Mariela, y que no hizo un llamado a las autoridades de la CDMX para agilizar la búsqueda y localización. En ese momento, la institución más grande de México no tenía un protocolo para atender desapariciones.
“Hoy estamos aquí para rendir una disculpa pública por los gestiones y omisiones ante su desaparición, ocurrida hace ya más de cinco años”, así lo dijo Graue Wichers en la primera disculpa pública que hace la UNAM en la historia a una familia de una estudiante desaparecida
La disculpa: un logro de la familia, las colectivas y el movimiento estudiantil
Con un semblante que trataba de transmitir tranquilidad, Graue Wichers fue increpado por una de las madres integrantes del Colectivo Hasta Encontrarles CDMX. “¿Por qué hasta ahorita rector? Siempre lo habíamos buscado y no nos abría las puertas”, le dijo la mujer frente a funcionarios y académicos, entre los que destacaban el coordinador del Programa Universitario de Derechos Humanos, Luis Raúl González Pérez; la directora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), Carola García Calderón; y la directora de Filosofía y Letras (FFyL), Mary Frances Teresa Rodríguez Van Gort.
La breve plática fue interrumpida por las consignas que un grupo de alumnas lanzaron a las afueras del recinto. Con pintura roja que simulaba sangre y un cartel donde se leía la leyenda “Graue Asesino” fueron los indicadores suficientes para que la máxima autoridad de la UNAM emprendiera la huida hacia el estacionamiento. “A mi no me cuidan las autoridades, me cuidan mis amigas” y “Graue eres cómplice y represor”, le gritaban.
Minutos antes de la salida del rector, durante su participación, Gabriela reconoció que llegar a la disculpa fue un logro de su familia, las colectivas y el movimiento estudiantil. “Si algo me enseñó mi madre fue a no tener miedo de alzar la voz y decir la verdad, así como expresar lo que nos duele y afecta en la búsqueda de justicia”, sentenció.
“Gaby”, como también le dicen de cariño, no deja de pensar en que si en su momento se hubiese hecho una búsqueda diligente, quiza la historia hubiera sido otra. También pidió reconocer la magnitud del horror, del fenómeno que representa la violencia y la desaparición. “Reparar implica ejercitar la memoria de quienes intervienen en dicho proceso para que no olviden lo que un día les solicitamos y no hicieron”, dijo.
Se guardó un minuto de silencio por la memoria de Herminia Valverde.
96 casos de personas asesinadas o desaparecidas son parte de la comunidad UNAM
En entrevista con El Heraldo Digital, Gabriela Díaz Malverde, recordó a su hermana Mariela como una apasionada de las novelas vampirescas, el cine y las mascotas. Asegura que ella es la representación de la bondad, ya que ponía atención a cada detalle de sus seres queridos, sabía escuchar, ser solidaria. Pero aquel 27 de abril de 2018 jamás regresó.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) hizo una reconstrucción de los hechos y en ella informa que Mariela salió de su casa, sin avisar a su madre y hermana. Aún no se sabe su paradero. En su momento su madre Herminia denunció la desaparición en el Centro de Apoyo de Personas Extraviadas o Ausentes (CAPEA), pero pese a que la familia declaró no tener indicios de que se tratara de una ausencia voluntaria, el centro clasificó el caso como “extravío”.
Gabriela junto a familiares de desaparecidos realizaron una caminata por las Islas de CU.
El colectivo “Nos Hacen Falta” ofreció a este medio los datos que tienen en su registro, donde entre 2002 y 2020 existen 96 casos de personas asesinadas o desaparecidas que son parte de la comunidad UNAM. En dicha base de datos se registraron 12 desapariciones, una desparición forzada, 44 homicidios, 25 feminicidios, 4 ejecuciones extrajudiciales y 4 muertes accidentales de la comunidad universitaria.
Cabe señalar que el 20% de los casos anteriores han sucedido en los recintos educativos o en las inmediaciones, el 27% del total ocurrió entre 2017 y 2018. Entre las negligencias que la familia denunció de la autoridad capitalina en el caso de Mariela es que extraviaron los videos del área donde ella estuvo por última vez. Nos referimos al Cerro de la Estella en Iztapalapa. A 5 años de la desaparición, la disculpa llegó en medio de una administración que finaliza y los delitos que no cesan.
En 2021, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) ofreció una recompensa de 250 mil pesos a quien proporcionara información que ayude encontrar a la joven. Hasta el momento, no hay resultados.
Fuente: El Heraldo de México