Todos los miembros del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) presentaron su renuncia de manera unánime.
La decisión fue comunicada a Ana Lilia Rivera, presidenta del Senado, y a Kenia López Rabadán, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, a través de un detallado comunicado.
En el documento, afirmaron que a pesar de que la ley establece la existencia de un Consejo Consultivo para apoyar en las tareas del organismo, su labor ha sido repetidamente desestimada por la presidenta de la CNDH, Rosario Piedra Ibarra.
De acuerdo con los ex consejeros, Piedra Ibarra ha argumentado que no está obligada a aceptar sus consejos, incluso cuando estos han sido formulados por unanimidad en defensa de los derechos humanos.
Alegaron que su trabajo fue sistemáticamente obstruido, llegando al punto de ser ignorados por completo.
Incluso mencionaron que algunos de sus integrantes fueron objeto de amenazas y calumnias, tanto dentro del Consejo Consultivo como a través de los recursos, personal y medios de la CNDH, incluyendo sus redes sociales.
El comunicado también señaló que, a pesar de sus esfuerzos por aplicar lo que establece la ley en cuanto a sus atribuciones, no pudieron entablar diálogo con la presidenta de la CNDH en ninguna de las decisiones tomadas por ella.
Discrepancias surgieron desde interpretaciones básicas hasta procedimientos internos, como el significado del quórum, la mayoría de votos y conflictos de interés en la contratación de personal.
La presidenta también les negó la facultad de modificar el orden del día de las sesiones del propio Consejo.
“Casos extremos han sido la no emisión de recomendaciones generales, que pareciera haber sido para no incorporar nuestras observaciones, así como la publicación de posicionamientos públicos sobre los derechos humanos donde la presidenta decide manifestarse exactamente en sentido contrario a lo unánimemente aconsejado, o incluso, desatender resoluciones adoptadas por la mayoría del consejo, en asuntos de competencia exclusiva”, se lee en el comunicado.
Incluso llegaron a acusar a la presidenta de desatender resoluciones adoptadas por la mayoría del Consejo en asuntos de su exclusiva competencia.
En última instancia, los ex consejeros concluyeron que la CNDH, que debería ser un órgano autónomo, parece estar sirviendo a intereses ajenos a la defensa y protección de los derechos humanos.
Por lo que decidieron renunciar a sus roles de manera unánime dentro de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Fuente: Noticias en la Mira