Entre música, flores, reflexiones y cariño, ciudadanos de Xoxocotlán cumplieron con la velada en los panteones
La mayor representatividad entre la fusión de la vida y la muerte que se vive en México año tras año, se registra en Santa Cruz Xoxocotlán, donde los vivos acuden a reencontrarse con los seres que se han adelantado en el camino y que vuelven una vez cada 12 meses.
Como cada año, los ciudadanos acudieron a los tres panteones de la demarcación conurbada para velar durante toda la madrugada a la espera del arribo de sus muertos, sus queridos muertos.
Luces, música, flores y felicidad es lo que los habitantes ofrendan a aquellos que, por unas horas, los visitan desde el más allá.
El acto comienza desde la noche del 31 de octubre, con el arribo al camposanto, con flores de cempasúchil, pan de yema, mole, mezcal, fotografías y demás instrumentos que rindan tributo a la persona fallecida.
Entre música, rezos, reflexiones y una que otra carcajada, pasan las horas hasta que los rayos del sol del primero de noviembre anuncian la continuación, en todo su esplendor, de los festejos de Todos los Santos y los Fieles Difuntos.
De acuerdo con el relato de las personas mayores, quienes a lo largo de los años han impedido que esta tradición muera, el hecho de acudir a los panteones representa el amor hacia los difuntos y, más aún, representa la guía para que las almas puedan retornar a la Tierra.
De no hacerlo, los muertos ñ, presas de la tristeza, dejarían de venir.
La velada en los panteones se lleva a cabo cada 31 de octubre en los tres cementerios de Xoxocotlán, uno de los municipios más importantes de la zona metropolitana, que así demuestra el fervor con que los oaxaqueños conmemoran estas fechas.
En otras demarcaciones, como Santa María Atzompa, al poniente de la capital, realizan festejos similares, al igual que en otros pueblos de las ocho regiones de la entidad.
Ni el frío ni el viento ni cualquier otro tipo de inclemencia, impide que vivos y muertos se vuelvan a reunir a partir del 31 de octubre.
Después de la pandemia de covid 19, que durante dos años interrumpió los festejos durante el pasado 2022 y este 2023 la conmemoración ha retornado con mayor calidez.
En los panteones de Xoxocotlán, anoche no solamente convivieron mujeres y hombres, sino también decenas y decenas de turistas extranjeros que acudieron a atestiguar aquella representación del encuentro entre la vida y la muerte.
Mario Romero y Álvaro Morales