*En el lugar, el vertedero es uno de los 15 que genera la mayor cantidad de gases de efecto invernadero en todo el país, por lo que mantenerlo sin vigilancia es de alto riesgo
*Jesús Romero López, ha condicionado la realización del saneamiento a cambio de que los ciudadanos permitan el uso del tiradero durante un año y medio más, lo que significaría enviar a esa zona 400 mil toneladas de basura
Habitantes de la agencia municipal Vicente Guerrero y de colonias situadas en la zona oriente de la Villa de Zaachila, acusaron al gobierno de Oaxaca de pretender chantajearlos para cumplir con el saneamiento del área de 19 hectáreas, donde hasta octubre de 2022 funcionó el tiradero metropolitano.
En entrevistas por separado, representantes de la agencia y vecinos afirmaron que la Secretaría de Gobierno (SEGO), que encabeza Jesús Romero López, ha condicionado la realización del saneamiento a cambio de que los ciudadanos permitan el uso del tiradero durante un año y medio más, lo que significaría enviar a esa zona 400 mil toneladas de basura.
Lo anterior, a pesar de que las autoridades de la agencia Vicente Guerrero cuentan con diagnósticos elaborados por la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), que confirman que en el lugar existe una alta acumulación de gas metano y de que el vertedero es uno de los 15 que genera la mayor cantidad de gases de efecto invernadero en todo el país, por lo que mantenerlo sin vigilancia es de alto riesgo.
A ello se suma otro diagnóstico con que cuenta la agencia y que indica que el pozo profundo que alimenta de agua potable a la población registra altas cantidades de plomo, una condición que será supervisada en este mes de enero por especialistas del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).
BOMBA DE TIEMPO
El estudio elaborado por Semarnat y el INECC estiman que en el tiradero de Zaachila fueron vertidas durante 42 años alrededor de 9 millones 168 mil toneladas de residuos sólidos, que formaron un cerro de aproximadamente 100 metros de altura y 19 hectáreas de diámetro, del que actualmente emergen arroyos de lixiviados y gases de efecto invernadero altamente inflamables.
“Prácticamente el gobierno, la condición del gobierno es que se haga el saneamiento con basura. Ellos, primero, decían que tenían que ser 800 toneladas y después dentro de las mesas de negociación decían que tendrían que ser 400 toneladas. Nosotros decimos que, si era cuestión de matemática; entonces, ¿por qué bajan la cantidad de la basura?… es cuando entendemos que ya es algo político”, sostuvo Septimio Desiderio, vocero del movimiento de vecinos conformado por habitantes de la agencia Vicente Guerrero y de las colonias ubicadas a su alrededor.
Ante la negativa de las autoridades de sanear la zona, los pobladores han optado por recurrir de manera directa al gobierno federal y a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para obligar a las autoridades locales a sanear el perímetro.
Así, funcionarios de ambas instancias recorrieron la zona el pasado 28 de noviembre.
“El motivo (de la visita) fue para conocimiento del caso omiso de parte del gobierno, porque creo que el gobierno es el responsable de este acto; desde luego, también el municipio de Oaxaca de Juárez, por lo cual nosotros estamos buscando otras instancias ya para que se nos tome en cuenta y también que se dé el saneamiento correspondiente al espacio porque realmente estamos siendo afectados en cuanto a nuestra salud, de nuestra gente, de nuestros niños.
“Hay una contaminación muy fuerte del tema del biogás en la cual pues no, no, no hay tratamiento, no ha sido tratado, no ha sido, no hay una empresa como tal trabajando en el espacio”, denunció, por su parte, Eusebio Sareo, quien se desempeñó como agente municipal de la Vicente Guerrero, Zaachila.
“El tiradero ha sido abandonado desde el 2022, cuando se cerró el basurero; no, este, la empresa que estaba dejó de trabajar, se fue porque el gobierno, pues, ya no quiso meter más trabajo al espacio, por lo que no se permitió el ingreso de más basura; entonces, pues el espacio está abandonado por completo”, refirió, en entrevista concedida la semana pasada.
El 28 de noviembre anterior, el INECC y la Semarnat entregaron a las autoridades de la agencia Vicente Guerrero un informe que confirma una alta acumulación de biogás en la zona, predominantemente gas metano.
“Hay un estudio del pozo profundo que tiene aquí la Vicente Guerrero, que salió alto en cuanto a plomo; entonces es parte de la contaminación que nosotros tenemos”, señaló Eusebio Sareo.
“Las veces que nos hemos sentado con el gobierno y nosotros hablamos de contaminación en cuanto al agua, la tierra, el aire… el gobierno siempre nos ha dicho que no hay contaminación alguna porque, pues, no tenemos cómo comprobarlo y es por eso que ahorita nosotros ya estamos yendo a otras instancias para que se hagan los estudios pertinentes y poder comprobar la afectación de la zona oriente”, agregó Eusebio Sareo.
CONTAMINACIÓN AL POR MAYOR
El colapso del sistema de captación de lixiviados ha provocado que al menos tres arroyos de aguas tóxicas nazcan de entre el cerro de basura y recorran las calles de una veintena de colonias.
Uno de estos arroyos desciende desde la parte oeste del vertedero y desciende más de 2 kilómetros por las colonias Renacimiento y Guillermo González Guardado, hasta llegar a la carretera federal 175, donde una parte se evapora y otra se introduce en las cañerías del punto conocido como la Cuesta de Ocotlán.
Otro arroyo nace desde un estanque de lixiviados cuya capacidad está totalmente rebasada y que todos los días derrama a la superficie más de 100 mil litros de residuos en estado líquido.
Estos residuos han formado un cauce que recorre las colonias El Manantial, Ampliación Guardado, La Cuesta, Arboledas, Santa Isabel y Mendoza Nube, situada a unos tres kilómetros, donde finalmente las aguas se van a un arroyo que desemboca en el río Atoyac.
“No, ya lleva alrededor de dos-tres años que se está esclareciendo supuestamente con el cierre del tiradero que ya le iban a dar un mantenimiento. Llevamos ya dos años sin ningún tipo de mantenimiento, demasiado dengue, mal olor; muchas enfermedades que se han estado viniendo a través de toda la contaminación que ustedes están viendo y, pues, no tenemos por parte del gobierno ningún apoyo o ningún respaldo para que se pueda trabajar en este lugar”, comentó Rubí Rojas, una de las ciudadanas afectadas.
A ello se suma el riesgo de que se registre un incendio de grandes magnitudes e incluso una explosión por la alta cantidad de gas metano que permanece acumulado en las 19 hectáreas del tiradero.
El estudio elaborado por la Semarnat y el Inecc, entregado el 28 de noviembre del 2023 a las autoridades de la agencia Vicente Guerrero, reveló que la zona del tiradero ocupa la posición número 15 como el sitio de disposición final del país con más emisiones de gases de efecto invernadero.
De hecho, de acuerdo con las estimaciones presentadas por las dependencias, el sitio produce cerca del uno por ciento del total de las emisiones de gas metano generadas en los sitios de disposición final de México.
El gas metano es altamente inflamable.
“Ellos mismos mencionaban que probablemente haya un desgajamiento, ¿no?, por este tiempo del agua, de la lluvia, y también puede que haya una probable explosión; entonces, corremos ese riesgo. Nosotros como somos de la colonia El Manantial, es un escaso de 20 metros donde está la colonia muy pegada; entonces, si en caso de que hubiera esa situación, que no es lo deseable, pues sería la afectación directamente a la colonia El Manantial y puede haber pérdidas humanas”, agregó Septimio Desiderio, vocero del movimiento.
“Hasta ahorita tenemos entendido de que el basurero, de manera general, por la compactación de algunas partes, pues genera gas metano; entonces, hay una saturación de ese gas y ese gas naturalmente tendría que buscar la salida ¿no? y es donde se presume que probablemente haya una explosión”, advirtió.
Ante tales condiciones, los vecinos afirman que no permitirán la reapertura del tiradero y que continuarán exigiendo el saneamiento del lugar a través de métodos ecológicos, que no impliquen tirar más basura.
En la actualidad, como desde hace 15 meses, los vecinos montan guardias cada 48 horas para impedir que los vehículos recolectores de basura o carros particulares cargados con desechos ingresen a la zona.
“Pues vamos a estar todo el tiempo que sea necesario hasta que el gobierno ponga sus ojos acá, que haya saneamiento, que haya un cambio para el ambiente de nosotros, queremos que sea algo bueno porque no queremos más contaminación”, lamentó Trinidad del Carmen Abasolo, una ciudadana más consultada.
Sumamente preocupada, finalizó: “La verdad hay niños pequeños, personas de tercera edad y las enfermedades son las que nos preocupan más porque cuando corre mucho aire llega a todo y, se imagina, en la comida entra todo eso… los polvos”.