Mario Romero/Álvaro Morales
Una ciudadana, identificada como Mitzuki Diane González Muramoto, acusó a la empresa Transportes Urbanos y Suburbanos Guelatao (TUSUG) y a la aseguradora Quálitas de haber abandonado a su madre después de que la mujer sufrió una fractura en la región lumbar por una mala maniobra de un sujeto que conducía a exceso de velocidad y sin precaución la unidad B-230.
De acuerdo con la denuncia efectuada este día en conferencia de prensa, los hechos ocurrieron el pasado 18 de febrero sobre la calle de Emilio Carranza, en la colonia Reforma, por donde la unidad de pasaje era guiada por el responsable debido a la ocurrencia de una protesta en la fuente de las Ocho Regiones.
A la velocidad con que se desplazaba, el chofer de la unidad B-230 de TUSUG pasó sobre un bache, lo cual ocasionó que los pasajeros salieran proyectados en el interior del autobús, refirió González Muramoto.
La más afectada fue la ciudadana de origen japonés, Mami Muramoto, y madre de la denunciante, quien se elevó del asiento al menos 50 centímetros y, posteriormente, cayó sobre la estructura con todo el peso de su cuerpo, lo que le ocasionó múltiples golpes en la columna y cintura.
La víctima, quien se desempeña como docente en la Facultad de Idiomas de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), comenzó a gritar del dolor, por lo que su hija, que viajaba con ella, demandó que la unidad se detuviera.
El chofer, que según el relato presentó un tarjetón para circular a nombre de Iván Díaz González, vencido desde 2021 y cuya fotografía no correspondía a la de él, hizo que todos los pasajeros descendieran, a excepción de la lesionada y su hija.
La denunciante señaló que el sujeto se comunicó vía telefónica, lo que propició que a la zona llegara otro individuo, quien se dijo agente de la aseguradora Quálitas, pero quien se negó a identificarse de manera oficial.
Agregó que en un primer momento, el conductor de la unidad de pasaje justificó que llevaría a la mujer lesionada a la Clínica 2022, situada en la colonia Reforma, pero, luego, por indicaciones del supuesto agente de Quálitas la trasladaron a bordo de la unidad y sin asesoramiento médico ni custodia policiaca a otra clínica denominada Preventis.
Ya en este último lugar, el médico encargado le practicó una serie de pruebas a la lesionada y confirmó que había sufrido una fractura, que requería ser inmovilizada y trasladada a otro hospital para recibir atención especializada.
El presunto trabajador de Quálitas y el chofer volvieron a entablar comunicación y fue que ambos huyeron del lugar, dejando abandonada a la paciente y a su hija.
Ahora, la empresa responsable, TUSUG, según la acusación, no quiere responsabilizarse de los hechos, por lo que la denunciante pidió la intervención de las autoridades.