Concepción Vizarretea Salinas, hermana de dos de los 10 desaparecidos de la comunidad de Zapotengo, San Pedro Pochutla, denunció que a más de 14 años de la desaparición de sus familiares, no han recibido ningún apoyo del Gobierno en sus labores de búsqueda. La atención, dijo, sólo ha sido “protocolaria”.
En el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada, recordó que Nemorio Vizarretea Vinalay, Fidel Espino Ruiz, Gregorio Hernández Rodríguez, Andrés Vizarretea, Luis Vizarretea Salinas, Juan Carlos Vizarretera Salinas, Benito Salinas Robles, Juan Antonio Feria Hernández, Isauro Rojas Rojas y Adelaido Espino Carmona, partieron en diferentes horarios de San Pedro Pochutla, Oaxaca, a la Ciudad de México, para reunirse y de ahí, partir juntos a Matamoros, Tamaulipas.
La intención de su viaje era para realizar la compra de vehículos, y que algunos de ellos, únicamente viajaron para conocer y acompañar. Sin embargo, lo último que supieron es que llegaron a Matamoros, Tamaulipas, y el último contacto que tuvieron con ellos fue el 14 de julio de 2010.
Después de tres días de no poder comunicarse con sus familiares, decidieron viajar a esa ciudad fronteriza del norte del país para buscarlos y encontrarlos; pero los habitantes de Matamoros le recomendaron que mejor se regresaran a Oaxaca, porque también corría riesgo su vida.
“No nos dejaron ni pegar las placas con su información. Las personas de donde nosotros fuimos a buscarlos, nos dijeron que mejor nos regresáramos porque el estado estaba muy feo que podríamos perder la vida, junto con ellos”, relató.
Es por eso que decidieron regresar a Oaxaca y exigir al gobierno del estado que las apoyara con la búsqueda, porque para ellas era muy difícil dar con su paradero.
Pero al ver que no tuvieron interés en nuestro caso, el grupo de 10 mujeres decidieron hacer una huelga de hambre frente a palacio de gobierno a un año de su desaparición; fue hasta entonces que tuvieron atención del gobierno de Oaxaca, pero fue “puro protocolo”.
Tras darse cuenta que no tendrían el apoyo de las autoridades, a tres años de su desaparición decidieron solicitar el apoyo del sacerdote Wildrido Mayrén Peláez, y del Centro de Derechos Humanos “Bartolomé Carreño Briseño”, y desde entonces, tienen su acompañamiento.
“Pero nuestro caso no ha tenido eco para exigirle al gobierno que nos ayude a buscar a nuestras familias, por eso hemos unido esfuerzos con otros colectivos”, dijo.
A más de 14 años de su desaparición, los familiares de los desaparecidos de Zapotengo conservan la esperanza de encontrarlos. Han acudidos a más de 20 reuniones de medida cautelar para revisar los avances en la investigación, han aportado diferentes elementos para la investigación como ADN, fotos, expedientes médicos, llenado formularios, revisado las bases de datos de las cárceles de Morelos y Tamaulipas, han participado en marchas, huelgas de hambre, protestas, y no los han encontrado.