En Oaxaca existen 35 de las 64 razas de semillas de maíz nativas, pero al menos el 50 por ciento de ellas están en riesgo de desaparecer de las especies que hay en el estado, advirtió José Manuel Sernas Carmona, técnico especialista de los Bancos Comunitarios de Semillas Nativas de la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (Sefader).
Los cultivos que estaban adaptados a una región, explicó, están perdiendo las condiciones adecuadas para su siembra por la falta de lluvias, por la infestación de plagas o enfermedades, por los cultivos con maíz transgénico o con transgenes, y por el cambio climático.
Adicionalmente, dijo que actualmente el campo oaxaqueño sufre de una “gran vejez” porque la mayoría de los productores son de la tercera edad y no hay mucho relevo generacional cuando un productor falleció.
“Al poco tiempo también se pierde su semilla porque no hay un relevo generacional que siga cultivando las mismas semillas. Hay que prestarles atención, o por lo menos de esas 35, si no es que un 50% están en peligro”.
La pérdida de semillas nativas de maíz ocurre principalmente en las regiones de Valles Centrales y Mixteca por las sequías prolongadas, y en la región Costa porque las temporadas de tormentas, ciclones tropicales y huracanes pegan mucho a los cultivos.
Pero no son las únicas especies que están en peligro de extinción, también hay semillas criollas o nativas de frijol, calabaza, chiles y plantas frutales, entre otras, que son de Oaxaca y que también están en riesgo de perderse.
Sernas Carmona mencionó que los bancos de semillas surgieron como una alternativa para las comunidades de todo el estado para conservar, reproducir y proteger a las semillas nativas, principalmente en cultivos como el maíz, frijoles, chiles, plantas y árboles frutales, así como de plantas medicinales endémicas, o que están dedicadas a la elaboración de algún platillo típico de las regiones.
Actualmente, en Oaxaca existen 50 bancos de semillas que cuentan con equipos de medición, contenedores, estantes metálicos y una estación meteorológica para monitorear el clima.
En relación con el estudio del Instituto Nacional de Ecología sobre la presencia de maíz transgénico o la contaminación del maíz de Oaxaca con moléculas genéticamente modificadas, el especialista de la Sefader explicó que desde el año 1995 surgió la primer noticia en la que se informó que ya había contaminación de maíces nativos por transgénicos.
“El maíz tiene una planta de polinización cruzada en todo tipo de maíz sin importar color, por eso es que tenemos mucha variación; pero también es una desventaja porque al tener por ejemplo un maíz nativo junto con un maíz transgénico, a través del polen la fecundación va a haber contaminación de los otros genes y sale un transgénico.
“La característica del maíz transgénico es que tiene un gen que no es una planta, sino que puede ser de alguna bacteria o de otro organismo que le va a dar la resistencia, ya sea alguna plaga o algún producto. Entonces se van a ir contaminando los maíces nativos”.
José Manuel Sernas señaló que entre las principales consecuencias de la pérdida de semillas nativas de maíz o de otros cultivos que existen en el estado, es que el 90 por ciento de la población de Oaxaca siembra para su autonconsumo y lo hace sembrando maíces criollos o nativos; por lo que, al perder una semilla, perderá la posibilidad de obtener una cosecha y enfrentar una crisis de acceso a alimentos.
Esto, apuntó, se trata de un tema de seguridad alimentaria y en consecuencia, también de un tema de seguridad nacional porque no habría alimento disponible. Y la segunda consecuencia grave, es la pérdida de la diversidad.
“Pierdo una gran diversidad de diferentes materiales, tenemos una diversidad de semillas nativas o criollas de diferentes cultivos, pero nada más estamos ocupando siete u ocho razas. Las demás no las hemos explotado a su máximo potencial, entonces perderíamos un gran recurso para poder paliar el tema de la deficiencia de producción de maíz”.
Finalmente, advirtió que los estados del sur están importando mucho maíz de los estados del norte del país o de fuera del país, que no tiene la misma calidad que los maíces nativos de Oaxaca.