Al Contador René Mandarín Ramírez
A más de veinte días, la desaparición de la activista Sandra Domínguez Martínez y de su pareja Alexander Hernández Hernández, sigue siendo un misterio, por lo que sin su presencia estarán a salvo los delincuentes organizados que están en el poder y de los que operan impunemente protegidos por las autoridades gubernamentales. Cada día que pasa son menos las probabilidades de hallar a la pareja, de la que según los últimos informes del propio gobierno, no hay pistas ni rastros que establezcan su paradero, salvo un teléfono móvil hallado por un individuo en jurisdicción de Veracruz, cerca de donde fue encontrada abandonada la camioneta en que viajaba la pareja. El gobierno nunca consideró que el caso se le podría salir de las manos y fue a parar hasta las marquesinas del mundo, y a la propia ONU, pues se trataba del caso de otra mujer consagrada a la defensa de los Derechos Humanos. Junto con la abogada Mixe siguen desaparecidas aquí en Oaxaca Irma Galindo Barrios y la inglesa mexicana Claudia Uruchurtu Cruz; ésta última por órdenes de la presidenta municipal Lizbeth Victoria Huerta y a quien apoyó el actual gobernador de Oaxaca cuando andaba en campaña y ya estando presa, aseguró que era inocente. Desde un principio, el Secretario de Gobierno, y tal vez para salvar el pellejo a su cuñado y protegido Donato Vargas Jiménez, coordinador de Delegados de Paz, dijo que la desaparición de la pareja ocurrió en jurisdicción de San Juan Cotzocón, en una zona muy peligrosa donde opera la delincuencia organizada. Perversamente el funcionario ya estaba adelantando una hipótesis para desviar las sospechas que pudieran recaer en funcionarios federales y estatales contra los que había hecho denuncias la activista, y que ahora con su desaparición se sentirán a salvo. Para ponerlo fuera de foco el gobernador dijo que le pediría “a su amigo Donato Vargas que se separara del cargo un ratito”, aunque el secretario general de Gobierno dijo que serían quince días; a su vez, el incompetente Fiscal del Estado señaló que no estaba entre sus facultades separarlo del cargo, sin embargo, nunca lo llamó a declarar, cuando en su oficina ya existían carpetas de denuncias que había interpuesto la diputada Aracely Cruz y que merecían una sanción, salvo lo que opine el brujo de cabecera del Gobernador, el tal Geovany. Hay temores de que para desvirtuar la lucha de la defensora de los Derechos Humanos, el teléfono de su propiedad ahora en manos de quienes investigan el caso, pudiera ser alterado su contenido. Hay otras preguntas que deberían tener respuesta por parte del gobierno acerca de los responsables, cuando ya sabe que son miembros de la delincuencia organizada, que es la versión más difundida, y si tienen carpeta de investigación, por qué no los atrapa. Así se sabría si los delincuentes actuaron de modo propio o fue por consigna de alguien que les ordenó jalar del gatillo. ¿Quiénes son?
***
CON el paso de los días se desvanecen las pocas probabilidades del hallazgo de la defensora de los Derechos Humanos y de su pareja. Familiares, amigos y organizaciones de mujeres no descansan en su exigencia de que aparezcan; y de que se profundicen las investigaciones para su localización y de los responsables; pero ya se advierte el poco interés del gobierno para aclarar el hecho, pues su esclarecimiento dejaría al descubierto no solo a miembros de la delincuencia organizada, sino a los que operan desde los cargos públicos federales y estatales. El caso de Donato Vargas sería un ejemplo de impunidad, ya que a pesar de contar con carpeta de investigación está siendo protegido por el Gobernador, el Secretario de Gobierno y el Fiscal del Estado. Todos ellos por razones que se desconocen se rehúsan a reconocer que el tipo de marras sea responsable de un delito, y como se acostumbraba en los gobiernos del priato, hay que aguantarlo en el cargo mientras el escándalo pasa. Tal vez ha sido muy doloroso para ellos pedirle a don Donato que se separe “un ratito”, para que ya no siga creciendo el escándalo y se demuestre que en este gobierno de izquierdistas adoctrinados no hay corrupción ni impunidad, como lo repite el mandatario para que la gente lo vaya creyendo. Muchas otras cosas pasarán con un gobierno soberbio y ególatra, incapaz de sacar la arena que en la mina dejaron los regímenes neoliberales.
So long raza.