La Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO) solicitó a la Fiscalía General del Estado reparar integralmente el daño y ofrecer una disculpa pública a una ex trabajadora que sufrió abuso, acoso, hostigamiento sexual y amenazas, que la obligó a renunciar a su trabajo.
También pidió que los funcionarios involucrados en estos delitos deben ser investigados conforme a la denuncia presentada por la víctima.
De acuerdo con la recomendación 11/2024, la víctima era integrante de la Agencia Estatal de Investigaciones adscrita al grupo FERI y en abril de 2019 fue comisionada junto con 20 elementos más al municipio de Matías Romero. El primer día se hospedaron en un hotel en grupo para ahorrar gastos, y al segundo día, cerca de la madrugada, su superior jerárquico les indicó que un “empresario” pagó las habitaciones, y ella le dijo que prefería alojarse con tres personas porque no quería chismes ni comentarios hacia su persona; pero le contestó que no, que se dejara “de pendejadas, que no estuviera chingando”, que se quedaría con él, en el mismo cuarto. Ella tuvo que acatar la orden.
Ya en la habitación, su jefe la intentó abrazar y le dijo vamos a la cama, por lo que con sus manos trató de alejarlo, pero se le volvió a acercar tratando de besarla, pegando su cuerpo al suyo, por lo que otra vez lo empujó y le respondió que no. Acto seguido, el comandante salió de la habitación y cinco minutos después regresó entregándole las llaves de otra habitación.
Al día siguiente, a bordo de la misma patrulla, su jefe iba haciendo comentarios misóginos, de hecho sacó su celular y puso videos pornográficos, incomodándola, también le comentó: “No te vayas a calentar al ver esos videos y qué vamos a hacer”, refiriendo que ello le dio mucha vergüenza.
Asimismo, señaló que su jefe cantaba una canción que componía con palabras obscenas haciendo alusión a su miembro, lo cual hacía cada rato en su presencia, siendo la única mujer.
El 4 de abril de 2019, la víctima recordó a su jefe que tenía clases de maestría, por lo que tenía que regresar a la capital, tras insistirle todo el día, hasta las 21:00 horas le autorizó el permiso. Pero posterior a sus clases, al reportarse para pedir indicaciones, le entregaron un oficio, firmado por su jefe en el que la ponía a disposición de la Coordinación General de la AEI.
Ella ingresó a ese grupo pues a los integrantes les brindan un apoyo económico que utilizaba para pagar sus estudios, ya que es madre soltera, por lo que pidió se respetaran sus derechos como trabajadora, madre, y mujer, pidiendo que cesaran los actos de hostigamiento laboral por parte de los mandos.
La víctima prestó sus servicios por un año y cuatro meses, y después de tres meses de laborar ahí, empezó a ser acosada sexualmente por su superior, quien le hacía tocamientos en diversas partes de su cuerpo, además de que la intentaba besarla a la fuerza.
Ante esto, renunció a su trabajo, pero su ex jefe la amenazó a ella y a su padre por teléfono; le dijo que ya sabía dónde vivía y que no anduviera hablando cosas, que se fuera de la ciudad de Oaxaca.
Por estas amenazas, presentó una queja ante la DDHPO para pedir su intervención; sin embargo, hasta cinco años después es que el organismo emitió una recomendación que pudiera protegerla como víctima.
En esta recomendación, la DDHPO solicitó a la Fiscalía General de Oaxaca y a la Comisión Ejecutiva de Atención Integral a Víctimas del Estado, generar las acciones para que tenga una justa reparación integral del daño, y que se les inscriba en el Registro Nacional y Estatal de Víctimas y puedan acceder a las ayudas y apoyos que tanto la Ley General de Víctimas como la Ley de Víctimas del Estado de Oaxaca establecen.
De igual manera, deben proporcionar atención psicológica y/o psiquiátrica que requieran, por personal profesional especializado, y de forma continua hasta que alcancen su sanación psíquica y emocional, atendiendo a sus necesidades y características particulares. Y la Fiscalía General del Estado debe ofrecer una disculpa pública.