Le viene una nueva crisis al gobierno morenista de Salomón Jara Cruz con la problemática aguda que enfrentan los Servicios de Salud de Oaxaca.
Los sectores de empleados regularizados y formalizados que son estatales, los cuales suman alrededor de 8 mil trabajadores, podrían ser despedidos si no aceptan las condiciones del nuevo régimen de IMSS-Bienestar de renunciar a su antigüedad para poder pasarse al nuevo sindicato, el SIMESA (Sindicato Mexicano de Salud).
Este último trae la encomienda de desaparecer al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud y por ende convertirse en el más grande a nivel nacional e incluso, de paso, también disminuir a la Sección 35 que dirige Omar López Sánchez, quien no ha dado la cara, salvo mediante un escrito intenta justificar el pago del bono a los empleados del Hospital Civil y a quien vinculan como familiar del Mandatario oaxaqueño Jara Cruz.
Ya entenderán el porqué de su silencio.
Esa es una de las propuestas por donde tienen amarrados a los empleados, que desafortunadamente, los dos sectores en los que están laborando (regularizados y formalizados) no son reconocidos por la Federación e incluso les prometieron que, si renuncian a su antigüedad, los van a basificar a todos, nada más falso.
Si a los mil 500 empleados que laboran en el Hospital General “Aurelio Valdivieso” no han podido pagarles el bono del Día del Empleado, lo tienen que sacar a través de un monedero electrónico del Banco Bienestar, ¿ustedes creen que van a tener lana para basificar a 8 mil almas de salud?
Piensan que los empleados son tontos.
El sector salud está tronado, ni López Obrador pudo rescatarlo, fue uno de los rubros pendientes que le dejó a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo quien está más ocupada peleándose con Donald Trump que en poner atención a lo que urge resolver en el país, entre ellos la inseguridad y el colapsado sistema de salud.
¡Que lejos estamos de Dinamarca!, caray, fue la peor burla del dueño del Rancho “La Chingada”, Andrés Manuel López Obrador, cuando prometió a las y los mexicanos un sistema de salud de ese nivel.
Seguimos jodidos y lo peor ni la megafarmacia funciona, no tiene medicinas, para acabar pronto.
En Oaxaca, para muestra está el Hospital Civil, es el más grande en su tipo que atiende a pacientes que llegan de los 570 municipios y 13 mil localidades, por eso se reconoce el esfuerzo de las y los médicos, de todo el personal que ahí labora, porque efectivamente no se dan abasto, si hay algo que urge en la entidad es justamente la construcción de un nuevo Hospital General y el equipamiento de los que ya se tienen en las regiones.
Echémosle un vistazo al Hospital Civil de Oaxaca.
Pese al anuncio hecho por el gobernador morenista Salomón Jara Cruz sobre una inversión de 100 millones de pesos al Hospital General “Dr. Aurelio Valdivieso” en la capital oaxaqueña, la realidad contrasta con los dichos del mandatario oaxaqueño puesto que trabajadores denunciaron las pésimas condiciones físicas en que sigue sumergido el nosocomio que estuvo a punto de cerrar sus puertas hace un par de meses.
Las y los 1500 trabajadores que laboran en tres turnos diarios en dicho hospital han mostrado las carencias a las que se enfrentan diariamente desde la falta de medicamentos e insumos, no hay agua, hasta lo inservible de los elevadores que aún no han sido reparados en su totalidad y el equipo de Rayos X tampoco funciona.
A ello se le suma, de acuerdo con la denuncia de Patricia Méndez Jiménez, secretaria general de la Subsección 07 del Sindicato de la Secretaría de Salud de Oaxaca, el déficit que existe de 124 enfermeras y enfermeros, más 97 médicos de diversas especialidades, camilleros y personal de cocina.
El Hospital Civil de Oaxaca fue diseñado para un cupo de 180 camas, sin embargo, en la actualidad está saturado con una demanda de 254 y si bien se cubren las necesidades, esto es gracias al esfuerzo del personal, pero no es lo óptimo, porque trabajan sin equipos y con alto riesgo debido al abandono en que se encuentra el inmueble, el único en su tipo en la ciudad de Oaxaca de Juárez.
Además de que, en el área de Pediatría, ante la alta demanda de mujeres embarazadas, les hacen falta cuneros y hace un año, justamente, tuvieron que adaptar cajas de cartón para colocar a cinco bebés en ese tipo de implementos que causó indignación en la sociedad mexicana cuando hicimos pública una fotografía con un recién nacido colocado en una caja de huevo.
Posteriormente los Servicios de Salud de Oaxaca adquirieron cuneros ante la presión mediática nacional.
Y mientras el nosocomio sigue atravesando por diversas crisis por falta de equipos e insumos, los Servicios de Salud de Oaxaca reportaron un gasto en 2024 de prácticamente 6 mil millones de pesos, entre enero y junio pasado, de acuerdo con el segundo informe trimestral de la Secretaría de Finanzas entregado a la pasada 65 Legislatura del Estado, sin que se conozca a detalle en qué fueron invertidos todo ese monto de recursos.
La justificación de ese gasto que casi alcanza los 6 mil millones de pesos representó un aumento de hasta mil 375 millones de pesos más de lo que ejerció en 2023, y a pesar de esa inversión millonaria, las y los trabajadores siguen denunciando el colapso que atraviesa el nosocomio, actualmente siguen con problemas de máquinas de autoclaves para esterilizar los implementos que se ocupan.
En su denuncia Patricia Mendoza detalló que, al no contar con las suficientes autoclaves, la falta de material estéril ha llevado a suspender cirugías, solo se atendieron las de urgencia como partos y cesáreas, pero el nosocomio sigue saturado de pacientes, que, al no haber camas disponibles, se tienen que acomodar en los pasillos en camillas, una situación deplorable y desastrosa.
De seguir con esas graves limitaciones y situación desesperante, por ejemplo, en el área de Ginecología se podría caer en complicaciones ginecológicas fetales, porque en esa especialidad se realizan entre 12 y 15 intervenciones diarias.
Mientras tanto, en el Servicio de Anestesiología también falta material esterilizado y las herramientas con que cuentan en los seis quirófanos habilitados en el Hospital Civil, son obsoletas, a la que se suma la falta de equipos de neuromonitoreo y bombas de infusión, lo que provocó hace un par de meses que suspendieran cirugías programadas de pacientes que provienen de pueblos muy lejanos, que apenas cuentan con los recursos económicos para trasladarse.
Y son los trabajadores del Hospital Civil los únicos que han alzado la voz, porque también hay que decirlo, los 8 mil empleados que no terminan de pasar al régimen de IMSS-Bienestar están callados, tienen temor de sacar la cara porque tienen la presión de poder ser despedidos si no renuncian a su antigüedad laboral y pasarse al nuevo sindicato, el SIMESA.
Veremos qué pasará con ellos. Por lo pronto, se asoma una nueva crisis para el gobierno de Jara Cruz, que, dicho sea de paso, tampoco tiene operadores que le ayuden a destrabar la problemática.
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