Las cabañuelas políticas no pintan nada bien. Nada más despuntó el año y reaparecieron problemas que no se van a resolver con ruedas de prensa, publicaciones pagadas y robots en las redes, ni con discursos o evasivas, sino con atención directa al foco del conflicto y en donde no pongan por delante el cuidado de la imagen gubernamental.
Hubo inconformidad de burócratas a partir de la anulación de plazas, reducidas en diciembre a menos de 700, tras gananciosas negociaciones para líderes sindicales y sus amanuenses. Quienes vieron perdido el empleo, protestaron. Muchas de las personas afectadas son beneficiarias del tráfico y la venta de plazas. Sin embargo, se cometieron injusticias y se agredió a un gremio dócil, que hoy quedó lastimado en su relación con la autoridad.
Se rebelaron porque mientras los botan al desempleo, existen contrataciones o altas de trabajo por cualquier modalidad – hasta utilizando el programa de “Jóvenes construyendo el futuro”- favorecidas por la cercanía militante, familiar o amistad con titulares de oficinas, incluyendo la más alta jerarquía.
A esta problemática se suman retrasos en los salarios, y amenazas de eliminar permisos y horarios especiales. Ustedes dirán que la jornada laboral debe cumplirse a cabalidad. Pero sucede que los sueldos son tan bajos, hasta cierto nivel, que se les recompensa con prestaciones y en numerosos días de descanso, licencias, etcétera, además de fiestas, comilonas, regalos y bailes para mantenerlos pasivos. Sin conciencia sindical ni capacidad de movilización, la burocracia oaxaqueña está destinada a aceptar el yugo del patrón.
Otra problemática es la de los desechos sólidos pues el gobierno en su conjunto no ha sido capaz de solucionar de fondo esta situación derivada del cierre del tiradero en Zaachila. El ayuntamiento local está empeñado en trasladar, del playón del río Atoyac a inmediaciones de San Antonio de la Cal, el centro de transferencia de residuos. Un gran foco de infección.
El vecindario protestó porque no ha existido transparencia ni información suficiente, mucho menos consulta informada para aceptar dicha medida. Las protestas no sólo han sido desoídas, sino que en combinación con grupos de choque de transportistas los mandan a golpear como ya se está haciendo costumbre en el trato a pequeños grupos que no pueden desafiar el poder del Estado, como sí sucede con el magisterio.
Otro tema que tampoco es reciente, donde extitulares de la Secretaría del ramo y del Seguro Popular se enriquecieron a más no poder, con la complicidad de no pocos gobernadores, es el de los servicios de salud. Son pésimas las condiciones de atención que prevalecen en clínicas y hospitales públicos, situación que hizo crisis en el Hospital Civil “Doctor Aurelio Valdivieso”, cuya problemática ha sido exhibida por los trabajadores y directivos. Es cierto que hay lucha entre facciones sindicales, y que líderes y funcionarios corruptos han hecho negocio con plazas, medicinas e insumos. Pero ahora parece que todos se han unificado para exhibir las deficiencias de éste y otros nosocomios como el Hospital de la Niñez.
Lo más dramático es que después de un aterrizaje espectacular del vetusto helicóptero oficial, llevando de urgencia a pacientes al norte de la capital, la nave se desplomó en el aeropuerto con lo que se acabó el show que, más allá de las buenas intenciones del servicio de ambulancia aérea, buscaba desviar la atención hacia las notas “negativas” en los medios. En la transición hacia el IMSS bienestar, el gobierno del estado paga la factura, en lugar de reventarle el problema al gobierno federal.
Estas circunstancias más los crímenes y desapariciones, mandaron al sótano de la popularidad al gobernador, al grado de que hay voces que llaman a promover la revocación de mandato. Lo anterior viene a agravarse con la desaparición oficial de siete u ocho jóvenes -cuyo número puede ascender a catorce- que pudieron haber sido enganchados para obligarlos o tentarlos para ponerse al servicio de la delincuencia. Así lo suponen autoridades. Las indagatorias están en curso, pero es un reflejo de que la seguridad en Oaxaca no está en su mejor momento.
La retorcida mente que ordenó vigilar publicaciones de los empleados del gobierno, que ni Goebbels lo hubiera imaginado, abona a la desconfianza y el descrédito popular que está dañando a quienes tienen la responsabilidad de gobernar. Muestra que la gente ya no se chupa el dedo. En Checoeslovaquia hubo un periodo de liberalización política y protestas masivas conocido como la Primavera de Praga, hasta que los soviéticos invadieron el país. Años después ocurrió una “Revolución de terciopelo”.
@ernestoreyes14