El régimen morenista de Oaxaca ya presenta serias y peligrosas grietas de inestabilidad, porque la élite en el poder se rehusa a ver la realidad, y tampoco parece interesada en abatir los problemas, conflictos y crisis sociales que por todos lados despiertan la incertidumbre por la violencia y la inseguridad de la población. Solo a ese círculo que gobierna le parece que “como nunca” están construyendo un primer mundo, de edénica primavera, pero paradójicamente, aparte de no dejar de verse en el espejo de su egocentrismo, es acometido por una especie de psicosis del muratismo y regímenes pasados, cuyos fantasmas parece que les quitan el sueño y no les permiten otras alternativas más que criticarlos y culparlos de las condiciones deplorables en que dejaron Oaxaca, pero que tampoco ha cambiado mucho en los últimos dos años. Si Oaxaca ha tenido algunos cambios ha sido por el apoyo y el impulso que le ha dado el gobierno federal, lo mismo para rutas rápidas, caminos construidos por tequios y apoyos sociales a mujeres, personas de la tercera edad y estudiantes, pero sobre todo por la construcción del corredor interoceánico, obras con las que el gobernador constantemente presume, como ya lo hace con las que ha prometido para Oaxaca la presidenta Claudia Sheinbaum. A pesar de ser un régimen débil por donde se le quiera ver, para aparentar que es diferente a las administraciones pasadas y del futuro, se asume como chovinista que vino a salvar a la patria chica, a sacar a Oaxaca de esos siglos de letargo, de pobreza y abandono; a combatir y acabar con los quintacolumnistas de los gobiernos pasados y la corrupción. Soberbio, prepotente, ególatra… a través de una mediocracia de patiños que van a sus ruedas de prensa no deja de romper lanzas con medio mundo -no sólo con los fantasmas que los persiguen- sino contra periodistas que solo describen la realidad de Oaxaca, ambientalistas y defensores de Derechos Humanos, a los que el gobernador señala de estar financiados desde el extranjero para atacarlo y que públicamente dará a conocer los montos millonarios que perciben. El mandatario y el secretario de Gobierno no pierden la oportunidad para lanzar amenazas contra sus supuestos enemigos, a los que ya tiene identificados. Las matemáticas parece ser una materia que no aprobaron, pues nunca aceptan la numeralia de asesinatos y feminicidios así como la inseguridad, la criminalidad y la existencia de la delincuencia organizada extendida por todo el territorio oaxaqueño. Es un misterio muy profundo entender por qué el gobierno primaveroinfernal se rehúsa a reconocer la numeralia de muertes violentas y de mujeres sacrificadas. Se erizan cuando un medio honesto difunde el número de víctimas, aduciendo el gobernador y el secretario de Gobierno que sus enemigos de los medios “mercenarios” son pagados para alterar el número de víctimas y de plano no quieren reconocer, ni se refieren en sus conferencias no solo a las ejecuciones que ocurren en todo el Estado, sino a los crímenes en el mismo centro histórico. Mientras más sean las víctimas, el gobierno argumenta que la criminalidad y la inseguridad van a la baja. A esta aseveración se suma otro tartufo, el fiscal del Estado, que tampoco se mosquea cuando a nivel nacional Oaxaca ocupa el primer lugar en impunidad.
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VINO la presidenta Claudia Sheinbaum a Oaxaca a inaugurar la carretera al istmo de Tehuantepec, y por segunda ocasión -la primera fue en Guelatao con el aún presidente Andrés Manuel López Obrador- presencia airadas protestas contra el gobernador del Estado, que sin duda la mandataria advirtió y sirvió para establecer la relación que el Ejecutivo estatal mantiene con su pueblo; pero lo mas triste y decepcionante para el gobernante fue que ni siquiera con la vista gorda le echara una ojeada al parque Primavera, la obra faraónica del sexenio y que presume que “no existe ni en México ni en otra parte del mundo”. La visita de la Dra. Sheinbaum a esa obra monumental, hubiera hecho realidad su sueño dorado. Esto debió ser muy doloroso para el gobernador y tal vez de más importancia que las profundas tensiones sociales y las sombras de incertidumbre que azotan a la población. El Gobierno debería saber que cuando hay todavía muchos problemas no resueltos, no se puede presumir de nada. En fin… tanta soberbia del gobierno está despertando mucho descontento en la población por considerar que hay un abuso intolerable de poder.
So long raza y ahora cuídese de los calores, plis.