Familiares del joven de 17 años, José C, quien el pasado 14 de marzo murió en el interior de la clínica de rehabilitación contra adicciones Valle de San Dionisio, situada en San Dionisio Ocotlán, en los Valles Centrales de Oaxaca, denunciaron que las instalaciones de aquella institución privada han sido cerradas, por lo que temen que el caso de su familiar quede en la impunidad, sin ser esclarecido, y que los responsables de velar por la integridad del paciente se hallan dado a la fuga.
Los allegados del hoy extinto acudieron hace 15 días a la sede de la clínica con el objetivo de solicitar información sobre el reporte de la muerte del joven, pero su sorpresa fue encontrar el lugar abandonado, a menos de un mes del deceso, por lo que demandaron a la Fiscalía de Oaxaca y al Poder Judicial de la entidad agilizar las indagatorias que lleven a dar con los responsables de la muerte.
La familia sospecha que la clínica funciona o algunos de sus integrantes fueron enviados a otros puntos, pues el dueño del establecimiento, al que identifican como Hugo S., cuenta con otros centros similares en la región central del estado.
Al momento de fallecer, el joven llevaba más de dos meses internado en el lugar, donde su familia pagó más de 60 mil pesos para que recibiera atención médica y psicológica especializada a efecto de que pudiera rehabilitarse.
“Precisamente por la información que nosotros tenemos por parte de la Fiscalía, que entregaron el expediente (al Poder Judicial), acudimos a preguntarle a la clínica qué reporte nos van a dar sobre la situación que se dio dentro de sus instalaciones”, explicó Juana Fernández, tía del hoy extinto.
“Llegamos con la novedad de que la clínica de encuentra cerrada; no hay pacientes, no hay personal… alguien de ahí nos comentó que, a los pacientes, al parecer, los instalaron en otras clínicas o anexos porque el dueño de esta clínica cuenta con otras instalaciones médicas”, agregó la doliente.
Otra de las clínicas que ostenta el dueño del centro de rehabilitación donde murió José C, se encuentra sobre la calle de Miguel Cabrera en el centro de la ciudad de Oaxaca, por lo que reiteró su demanda para que la Fiscalía local apresure las indagatorias.
Sobre el actuar de la autoridad, sostuvo que además de recibir su declaración ministerial y tener conocimiento de que el expediente está en vías de ser judicializado, no los ha requerido ni para ampliar su declaración ni para precisarles los avances de las investigaciones.
“Hasta hoy, la Fiscalía tampoco nos ha llamado, no nos han informado si ellos ya tienen conocimiento si este personal, con falta de ética profesional, se fue a otras instalaciones (o si la Fiscalía) ha acudido o si los ha llamado a la Fiscalía; no tenemos informes de nada”, abundó.
Asimismo, la familia del joven extinto acusó que personas allegadas a la clínica han ventilado a través de redes sociales, información confidencial del paciente y datos que le corresponden únicamente al proceso de investigación.
Lo anterior, se suma a una serie de pronunciamientos emitidos por los encargados del centro de rehabilitación, que han intentado desvirtuar la información sobre los hechos, con el argumento de que el finado permanecía en condiciones adversas.
En ese sentido, afirmaron que durante los más de 60 días que permaneció José C internado, los partes médicos sobre el proceso de la rehabilitación siempre fueron positivos y nunca mencionaron que existieran contrariedades.
“Están divulgando información confidencial por parte del expediente de mi sobrino, un menor de edad. Personal también de la clínica qué se encuentra en Miguel Cabrera está dando a conocer información que no es…
“A nosotros nos dijeron (en la clínica) que todo iba bien durante el tiempo que mi sobrino estuvo ahí, que él iba trabajando bien, que él estaba integrado, que él iba bien… en todo momento, en todas las áreas que nos ofrecieron y de buenas a primeras, ellos están alterado información con todo lo contrario, (información) que jamás nos hicieron llegar”, acusó la mujer.
Incluso, agregó, el día de su muerte, el 14 de marzo, desde las 10 de la mañana hasta la 1 de la tarde, la abuela del joven estuvo con él durante la realización de una serie de actividades recreativas.
A pesar de que el personal se encontraba en el lugar, agregó, nunca le notificó a los familiares sobre alguna irregularidad; sin embargo, horas después, por la noche, les llamaron para avisarles que había muerto.
“A nosotros nos pintaron que era una clínica de salud mental y adicciones. Nos ofrecieron lo que es el servicio de psiquiatría, psicología, área médica, nutrición y terapia ocupacional (con) buenas instalaciones y el cuidado las 24 horas del día, todo por un pago semana de 6 mil a 7 mil 500 pesos semanales más medicamentos que pedían ahí”, dijo la ciudadana.
“El día de los hechos nos avisan hasta las 23:30 horas que mi familiar se murió y que fuéramos por él, fue todo lo que nos dijeron. Al momento de llegar, el personal no sabía ni qué decirnos. Se contradecían, unos decían una cosa, otros, otra”.
Ante ello, la mujer demandó justicia: “Lo que nosotros pedimos es que la clínica se haga responsable de lo que pasó dentro de sus instalaciones porque yo les llevé a mi sobrino de pie; estuvo trabajando bien.
“Él tenía metas antes de salir: quería seguir estudiando, quería hacer su servicio militar … lo único que yo quiero es que la clínica se haga responsable, que dé una responsable, que dé la cara… que sí como dicen ellos tenían un buen servicio, no tenían por qué cerrar, en dónde están ¿por qué no dan la cara? ¿por qué se fueron?”, cuestionó.
La familia del joven responsabilizó al dueño de la clínica de cualquier acción que sufran en contra de su integridad.
Los deudos únicamente identificaron al dueño como Hugo S. “Es dueño de muchos negocios aquí en Oaxaca”.
Los inconformes agregaron que la clínica Valle de San Dionisio cuenta en su contra con al menos otra acusación por la muerte de otro paciente, ocurrida hace dos años.
En ese sentido, reiteraron su exigencia de que la Fiscalía de Oaxaca intervenga de manera más contundente para evitar que ocurran más fallecimientos, como el de José C.