La senadora por el Partido del Trabajo, Layda Sansores interceptó al presidente de la república, Enrique Peña Nieto y le increpó por la falta de claridad en a investigación de los 43 estudiantes de Ayotzinapan y la corrupción que, considera, ha prevalecido en la actual administración.
“Usted deja un legado de corrupción e impunidad”, le dijo la polémica legisladora quien ya ha realizado la misma acción en años anteriores.
El hecho se suscitó al interior del senado, previo a la entrega de la medalla Belisario Domínguez, a Gonzalo Rivas.
.@EPN, combatir al narcotráfico es el pretexto; tu cobardía la razón. ¡No a la militarización de México! #NoALaLeyDeSeguridadInterior #SeguridadSinGuerra https://t.co/QHiXS7jPpQ… pic.twitter.com/Lg9AU7AIk6
— Layda Sansores (@LaydaSansores) December 7, 2017
Ante un presidente que intentaba acotar con argumentos y en otros solo acertaba en asentir, la senadora exigió información clara sobre la desaparición de los 43 estudiantes.
“Lo de Ayotzinapan a nosotros sí nos cala y le estamos exigiendo que las investigaciones se apresuren, que nos diga la verdad, que nos diga en dónde están los jóvenes, dígame si están en un cartel, si fueron masacrados”.
Sansores también le espetó al presidente de la república que “la casa blanca”, es un monumento a la inmoralidad de su gobierno.
“Nadie quiere que Ayotzinapa sea un herida abierta”, respondió en algún momento el presidente Enrique Peña Nieto.
Hoy por la mañana, algunos de los videos sobre el desencuentro de Sansores con Peña Nieto, fueron borrados de Youtube.
. @EPN se resistía, pero tuvo que escuchar. Les comparto avance de una atropellada “conversación”. pic.twitter.com/A6w4chQk5X
— Layda Sansores (@LaydaSansores) December 6, 2017
No es la primera vez que Sansores intercepta al mandatario.
Con esta, ya son tres ocasiones en la que los cuestiona directamente por su política económica y las reformas educativas, entre otros temas.
La senadora también entregó a Peña Nieto una petición para que la medalla Belisario Domínguez no se politice, pues según argumentó, premiar a Gonzalo Rivas era una herramienta política para reprimir a los normalistas.