Ciudad de México.- La economía mexicana está bien preparada para enfrentar los tres riesgos que la acosan este año: las elecciones presidenciales, la renegociación del acuerdo comercial de Norteamérica y los efectos de la reforma fiscal de Estados Unidos.
En conferencia de prensa, el portavoz del gobierno, Eduardo Sánchez, consideró que “la economía mexicana está preparada para enfrentar los retos internos y externos que se presentarán en los próximos meses”.
El portavoz, quien estuvo acompañado por el secretario de Hacienda, José Antonio González, aseguró que México actualmente inspira confianza entre los inversionistas globales, gracias a la puesta en marcha de “reformas profundas y bien articuladas”.
Por su parte, el titular de Hacienda dijo que cualquier proceso electoral en cualquier parte del mundo genera incertidumbre y consideró que, desde hace décadas, México ha venido madurando a sus instituciones democráticas.
“Tenemos, además, amplios consensos alrededor de la responsabilidad fiscal, de la autonomía del Banco de México y de la política monetaria, las reformas constitucionales le dan estabilidad”, dijo González.
Es natural que haya incertidumbre en un año electoral, no sólo para México, sino en todo el mundo; en todos lados ocurre esto”, agregó.
Sobre la renegociación en marcha del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el ministro de Hacienda consideró que lo importante hasta ahora es que todavía prevalece “método y diálogo” entre los negociadores de Canadá, Estados Unidos y México.
El secretario dijo que el balance hasta ahora es de seis rondas de negociación exitosas, con tres capítulos concluidos y otros con acuerdos importantes.
La séptima ronda de renegociación del TLCAN se llevará a cabo en la Ciudad de México del 26 de febrero al 6 de marzo, en una negociación que podría postergarse hasta después de las elecciones mexicanas, de acuerdo con participantes.
En lo que respecta a los efectos de la reforma fiscal de Estados Unidos en México, González Anaya aseguró que están revisando con la iniciativa privada la puesta en marcha de eventuales medidas tributarias.
Estamos en diálogo con el sector privado para ver qué medidas debemos de tomar alrededor de esto”, precisó.
El Congreso de Estados Unidos aprobó en diciembre pasado la reforma fiscal de la administración del presidente Donald Trump, el esfuerzo tributario más ambicioso del país en casi tres décadas.
Entre las nuevas disposiciones, destacó la rebaja al impuesto federal sobre las sociedades de 35 a 21 por ciento.
La medida despertó temores sobre una eventual preferencia de las empresas por tributar en Estados Unidos, ya que en México el impuesto comparable es de 30 por ciento.