El caso de Constantin Reliu, de 63 años, fue visto por el tribunal de la ciudad rumana de Vaslui este 16 de marzo. En el marco de la audiencia, el hombre trató de demostrar al juez que está vivo, pero sus argumentos fueron rechazados, con el alegato de que presentó su apelación demasiado tarde.
Reliu se enteró de su “muerte” cuando regresó a Rumania después de varios años de ausencia. En 1992 se fue a Turquía a trabajar, y en 1999 visitó a su mujer por última vez, tras lo cual perdió contacto con ella. La esposa de Constantin decidió que estaba muerto y en 2013 presentó una solicitud al tribunal de la ciudad de Barlad, donde vive, para recibir el certificado de defunción, lo cual fue aprobado por las autoridades en 2016.
De todo eso y de su propia “muerte” se enteró Reliu en enero, cuando llegó al aeropuerto de Bucarest, después de que las autoridades turcas lo deportaran de vuelta a Rumania porque sus documentos habían expirado.
Según la ley rumana, Reliu aún puede solicitar la anulación del certificado de defunción, pero tiene que hacerlo en el mismo tribunal donde se emitió la decisión de 2016. No obstante, por el momento el hombre no tiene recursospara seguir la batalla en los tribunales.
“Oficialmente, estoy muerto, aunque estoy vivo. No tengo ingresos, y no puedo hacer nada, porque me consideran muerto”, explicó el hombre a Digi24.
This Romanian man is officially dead. And a court says its too late to cancel his death certificate. What will happen to him now? @AlisoNJMutler on Constantin Reliu and the fight for his life. @AP_Europe
STORY: https://t.co/3WjOcZnIHP pic.twitter.com/azZJvISshf— Derek Gatopoulos (@dgatopoulos) March 16, 2018