Acostumbrados a trabajar todos los días de la semana y bajo las inclemencias del tiempo, entre el polvo propio del material que ocupan para trabajar, y en un día cálido propios de la temporada, conmemoraron albañiles este 3 de Mayo, Día de la Santa Cruz.
Esta celebración tiene sus orígenes en la religión católica, cuando en el año 326 se encontró la cruz en la que murió Jesús de Nazareth, una reliquia sagrada para creyentes católicos.
Una de las costumbres acompañadas a las festividades propias de este día, es que albañiles coloquen en lo más alto de sus obras, una cruz adornada, imagen a la que recurren quienes son católicos para que todo salga bien en las edificaciones.
Víctor Hugo Cruz, maestro albañil oaxaqueño, de 40 años de edad y quien lleva más de 20 años a la construcción, afirma que se trata de un oficio noble del que se siente orgulloso “aunque no se gane muy bien”.
Víctor señala que es tradición adornar ya sea con flores artificiales o naturales la cruz que se pone en la obra, pero también es motivo de fiesta en el que tanto él como el resto de personas con las que trabaja en las obras procuran comer algo especial, quizá pollo rostizado.
Mencionó que el oficio es muy poco valorado, mal pagado e incluso ingrato, en el sentido de que no cuentan con prestaciones sociales y los accidentes son comunes, desde lesiones leves por el material con el que trabajan.
Indicó que para llegar a ser maestro albañil se requiere años de experiencia y eso permite de alguna manera tener mayores ingresos, sin embargo, éstos no rebasan los 300 pesos al día, que significan trabajar bajo las inclemencias del tiempo de 8 de la mañana hasta 5 de la tarde, aproximadamente y comiendo lo que se puede.
Es de señalar que de acuerdo al INEGI, en 2009 en México había 18 637 unidades económicas y 704 mil 640 trabajadores dedicadas a la construcción.