Ciudad de México, 1 de junio (SinEmbargo).– Las nueve entidades con gobernadores salientes deben un total acumulado de 203 mil 900 millones de pesos, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Esta cifra casi equipara los 212 mil millones de pesos que, hasta el momento, se calcula costará el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), la obra estrella de infraestructura del sexenio de Enrique Peña Nieto, con base en el cálculo de la Comisión de Seguimiento del Congreso de la Unión.
Aunque no se refleja en gasto eficiente, los gobiernos de Manuel Velasco Coello (PVEM) en Chiapas y de Miguel Ángel Yunes Linares (PAN-PRD) en Veracruz son los que dejan el nivel de la deuda pública estatal en rojo, revela el semáforo de la organización México, ¿Cómo vamos? con datos al cierre de 2017.
En semáforo amarillo –por estar su saldo de deuda por debajo del promedio nacional del 3 por ciento del PIB– están Morelos (PRD), la entidad que casi duplicó su endeudamiento, Ciudad de México (PRD), Jalisco (PRI), Yucatán (PRI), Puebla (PAN) y Tabasco (PRD). Solo Guanajuato (PAN) reporta una disminución y deuda menor a la nivel nacional, por lo que es el quinto estado con la deuda pública como porcentaje del PIBE más baja del país.
Por la Ley de Disciplinaria Financiera, el nivel de endeudamiento estatal bajó un 10.9 por ciento de 2015 a 2017. Pero el costo de la deuda ha crecido de “manera alarmante”: 27.9 por ciento en el mismo periodo, porque las tasas de interés aumentaron de 5.5 a 8.1 por ciento y eso “afecta” a los estados.
“Si cada vez se destinan más recursos para el pago de la deuda, eso tiene que limitar los proyectos sociales, la inversión pública y son los ciudadanos quienes están perdiendo”, aseguró el investigador Kristóbal Meléndez del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
“Estas entidades federativas que se encuentran endeudadas y que van a cambiar Gobernador, como todas, tendrán un efecto importante en la tasa de interés; les va a pegar bastante. Habrá que ver cómo seguirá creciendo por los impactos externos y las medidas internas”, dijo el autor del texto “Deuda estatal al cierre de 2017”.
El Banco de México (Banxico) mantuvo la tasa de interés en 7.50 por ciento hace dos semanas, tras una última alza de febrero que la llevó a un máximo de más de nueve años con el fin de frenar la inflación por ahora en un 4.46 por ciento, aún por arriba de lo deseado.
“La alarma sería si el Banxico mantiene las tasas de interés en un nivel en el cual los estados puedan liquidar sus deudas, porque si siguen incrementando entonces no sería cuestión de los gobernadores entrantes, sino del mercado”, determinó Meléndez.
De acuerdo con datos al cierre de 2017, como muestra la gráfica, Chiapas tiene una deuda de 6.70 por ciento de su PIB en comparación con el 6 por ciento de la administración pasada de Juan Sabines y su tasa de interés ronda en 8.3 por ciento. Veracruz adeuda un 4.90 por ciento del PIBE frente al 5.10 por ciento de Javier Duarte de Ochoa, encarcelado por enriquecimiento ilícito. Ambas entidades están por arriba del promedio nacional de endeudamiento de 3 por ciento del PIBE.
Aunque Morelos de Graco Ramírez Abreu está en alerta amarilla porque debe menos del promedio nacional (el 2.60 por ciento de su PIBE), es más que el 1.60 por ciento de su antecesor Marco Adame Castillo y su tasa de interés anda entre las más altas con 8.7 por ciento.
En el caso de la Ciudad de México, la administración de Miguel Ángel Mancera acumuló un endeudamiento de 2.50 por ciento del PIB frente al 2.40 por ciento de Marcelo Ebrard Casaubón; Jalisco, con el priista Aristóteles Sandoval Díaz a la cabeza, reportó 2.20 por ciento del PIB, menos del 2.70 por ciento del de su antecesor el panista Emilio González Márquez, y en Yucatán, gobernado actualmente por el priista Rolando Zapata Bello, acumuló un 1.50 por ciento del PIB frente al 1.10 por ciento de la también priista Ivonne Ortega Pacheco, a quien sucedió en el cargo.
En Puebla, con el panista José Antonio Galí Fayad al frente, el nivel de endeudamiento se reportó en 1.30 por ciento del PIB frente al 1.40 por ciento de su antecesor, el también panista Rafael Moreno Valle Rosas; en el Tabasco del perredista Arturo Núñez Jiménez se debe 0.90 por ciento del PIB, un nivel similar al dejó el priista Andrés Granier Melo, quien el 1 de marzo de este año fue condenado a 11 años de prisión por peculado, y en Guanajuato, gobernado por el panista Miguel Márquez Márquez, la deuda alcanza un 0.90 por ciento de su PIB, menos que el 1.40 por ciento de su antecesor: el también panista Juan Manuel Oliva Ramírez.
Valeria Moy, directora de México, ¿Cómo Vamos?, enfatizó durante la presentación del análisis de semáforo estatal electoral que los estados de Tabasco, Veracruz y Yucatán “tienen un largo camino por recorrer”, ya que además de su nivel de endeudamiento dejan grandes retos en la generación de empleo formal, la productividad laboral y el crecimiento económico.
En contraste, la economía de Guanajuato –desde 2012 cuando el actual Gobernador saliente entró en funciones– ha crecido en promedio 5 por ciento anual (más que el nacional), sobre todo en el sector manufacturero (principalmente en la rama automotriz) en la zona de El Bajío. Además, durante 2017 fue el sexto estado con mayores flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) al recibir más de 8 mil millones de dólares y la informalidad bajó de 59.8 a 52.1 por ciento de los trabajadores, similar al nivel nacional.
Para Kristóbal Meléndez, investigador del CIEP, los 32 estados han hecho “un esfuerzo” por disminuir el monto de la deuda ante la Ley de Disciplina Financiera, una media que busca evitar que los estados se endeuden en gasto corriente en vez de en inversión productiva y que “premia” a los que tienen un nivel de endeudamiento menor con dar la posibilidad de obtener mayores recursos públicos para el rubro de inversión.
Entre los estados en elecciones para Gobernador, según los criterios de la Secretaría de Hacienda, Veracruz y Chiapas son las entidades que tienen un nivel de endeudamiento “intermedio” al ser superior al 4 por ciento del PIB. El investigador expuso que “es un nivel en observación” y “razonable”, pero estos criterios, detalló, “son muy amplios” y flexibles con las entidades federativas.
“Este año fue muy difícil para algunas entidades porque entró en vigor que tienen que hacer los presupuestos de egresos estatales sostenible, es decir, que todo el gasto debía estar respaldado con ingresos y ya no se podía estar financiando constantemente, como se venía haciendo, con deuda”, explicó Meléndez.
CHIAPAS Y VERACRUZ, EN ROJO…
Chiapas, con más de 5 millones de habitantes, “no solo continúa siendo uno de los estados más rezagados del país, sino que los indicadores muestran que la situación económica empeoró”, determinó México, ¿Cómo Vamos? en su semáforo estatal electoral.
La entidad sureña con un alto nivel de pobreza ha sido uno de los tres estados que han decrecido en promedio en los últimos cinco años, a un ritmo de -0.2 por ciento promedio anual y, aunque fue promesa del mandatario Manuel Velasco, entre 2013 y 2017 el estado atrajo flujos de Inversión Extranjera Directa solo por 805.7 millones de dólares, el 0.5 por ciento de la IED que recibió el país en ese periodo.
En ese marco, se convirtió en el cuarto estado con mayor informalidad al haber más de 89 mil trabajadores sin acceso a seguridad social y a finales de 2017, siete de cada 10 chiapanecos no podían adquirir la canasta alimentaria con el ingreso proveniente del trabajo de su hogar, destacó la organización.
“Aunque la deuda se redujo como proporción del PIBE, la eficiencia en el gasto público para atender los retos económicos y sociales ha dejado mucho que desear. Únicamente en 2016 –el último año para el que se tienen datos –, mientras se había aprobado un gasto por 12.4 millones de pesos en comunicación social, el ejercido fue superior en 3 mil 141 por ciento; se destinaron casi 400.5 millones de pesos a publicidad oficial. Por el contrario, a pesar de que se esperaban destinar 4 mil 315 millones de pesos a inversión pública, el monto efectivamente destinado a este rubro fue 70 por ciento menor, de apenas mil 286 millones”, expuso el thin tank en su análisis.
En el caso de Veracruz, sangrado por la administración del ex priista Javier Duarte, el nivel de deuda sigue alto pese a que bajó 0.30 por ciento del PIBE durante la gestión de Miguel Ángel Yunes Linares.
En una entidad donde el 62 por ciento de sus trabajadores labora en la informalidad sin acceso a servicios sociales y el 54 por ciento no puede comprar la canasta básica con sus ingresos laborales, considerando la deuda per cápita, es el séptimo estado más endeudado a nivel nacional, ya que cada veracruzano debe 5 mil 919 pesos al cierre de 2017, y es el quinto con mayor costo de deuda, de acuerdo con datos oficiales destacados por el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP).
… Y EN AMARILLO: MORELOS Y CDMX
Morelos se convirtió en un estado con endeudamiento público ineficiente durante el gobierno del perredista Graco Ramírez Abreu, quien de acuerdo con las encuestas locales será sucedido por el ex futbolista y Alcalde de Cuernavaca, Cuauhtémoc Blanco.
“Aunque la finalidad de la deuda pública debe ser incrementar la capacidad productiva de la economía, llevando a mejoras para la población en términos de empleo, niveles de pobreza, productividad, entre otras, Morelos ha mostrado un continuo deterioro en las finanzas públicas estatales sin beneficios tangibles para los morelenses durante la actual administración”, expuso México, ¿Cómo Vamos?.
En tan solo cinco años, documentó con cifras oficiales, la deuda pública como proporción del PIB estatal creció en 1 punto porcentual, al pasar de 1.6 a 2.6 por ciento del PIBE; fue el cuarto estado con el mayor crecimiento en la deuda pública como porcentaje del PIBE en el periodo, únicamente después de Chihuahua, Oaxaca y Sonora.
Medida por monto, el Gobernador recibió al estado con un saldo de la deuda de 2 mil 944 millones de pesos y al cierre de 2017 el valor ascendía a 5 mil 845 millones de pesos. Desde el punto de vista per cápita, la deuda pública por cada habitante de Morelos pasó de mil 588 pesos a casi 3 mil.
Pese a ello, la proporción de sus habitantes que no pueden adquirir la canasta alimentaria con el ingreso proveniente del trabajo de su hogar se incrementó en 4.6 puntos porcentuales, de 47 a 51.6 por ciento y fue el sexto con mayor crecimiento en pobreza laboral.
La Ciudad de México, al tener la economía más grande del país, reporta un saldo de su deuda pública de 2.5 por ciento, que es relativamente baja, consideró México, ¿Cómo Vamos? Sin embargo es el estado más endeudado en términos absolutos: al final de 2017, el monto fue por casi 78 mil millones de pesos y la deuda creció en 32 por ciento desde 2012 cuando arrancó la gestión.
Aunque recibe uno de cada 5 dólares de la Inversión Extranjera Directa para el país, tiene dos de los municipios con menor porcentaje de pobreza a nivel nacional (Benito Juárez y Miguel Hidalgo), pero también dos con el mayor número de personas en esa situación (Iztapalapa y Gustavo A. Madero), destacó la organización.
La capital del país fue es el estado con el mayor número de empleos formales generados en los últimos cinco años (casi 566 mil), por lo que la tasa de informalidad bajó de 49.6 a 47.7 por ciento de la población trabajadora.
Pero de 2012 a 2017 fue la segunda entidad solo después de Veracruz donde más se elevó la proporción de la población que no puede adquirir la canasta alimentaria con el ingreso de su empleo. El porcentaje pasó de 29.5 a 37.9 por ciento.