Como desde hace 36 años, la octava de la puesta en escena de “Donají…la leyenda”, a cargo del Ballet Folclórico de Oaxaca, asombró y conmovió a miles de asistentes al Auditorio Guelaguetza.
Con la ausencia del Gobernador Alejandro Murat Hinojosa, en esta presentación se contó una vez más la leyenda de la princesa zapoteca “la del alma grande”, hija del rey Cosijoeza, que de manera incondicional amó a su pueblo, y por el que murió en manos de mixtecos.
La ocupación de la Rotonda de las Azucenas lució en su máximo esplendor, cerca de 12 mil personas, entre oaxaqueñas y visitantes nacionales e internacionales, disfrutaron de la música, la danza y la belleza de los vestuarios de los participantes.
La magia que se palpó en el lugar es indescriptible, los 82 bailarines a cargo del maestro Fernando Rosales García, hicieron que el espectáculo se disfrutara como si fuera su primera vez.
En el espectáculo teatral y dancístico dio inicio con el sonar de los tambores y de los caracoles mientras desde los extremos con antorchas en mano los actores sorprendieron a los asistentes.
En la leyenda se cuenta que desde el nacimiento de Donají, un sacerdote pronosticó que algún día sería sacrificada por amor a su pueblo. Donají se enamoró del príncipe Nucano y ambos lucharon para terminar con la guerra entre sus pueblos, logrando que se pactara la paz.
Los mixtecos pidieron que Donají fuera la prenda de paz que garantizara la promesa del rey Cosijoeza, después se registró una nueva batalla donde mixtecos sacrificaron como venganza a la princesa, fue sepultada en el Río Atoyac y de su cabeza, donde tiempo después nació un lirio silvestre al que se le conoce como azucena.
Nucano descubrió que su princesa fue asesinada y dedicó su vida por el pueblo de su amada, garantizando la paz que tanto se había anhelado.
La octava de la puesta en escena de Donají fue presidida por autoridades municipales, así como de visitantes y de la propia Diosa Centéotl, Francisca Pérez Bautista.