Menudo reto el que tiene enfrente.
Una deuda pública que alcanza los casi 20 mil millones de pesos, más de 2 mil millones la deuda con proveedores, más lo que se acumule, Oaxaca hoy está en bancarrota.
El gobernador electo Alejandro Murat Hinojosa llega a la ciudad de Oaxaca este día, luego de unos días de ausencia y se encuentra con la cruda realidad de una entidad donde no hay lana ni siquiera para pagar el salario de cientos de empleados de confianza de los tres niveles de Gobierno.
¡Criminal!
De entrada, me dicen, cabildea desde este martes en la Ciudad de México con los diputados federales, con el objetivo de que al menos el presupuesto “histórico” se quede en 85 mil millones de pesos, igual que el otorgado este año, y no le rasuren la lana que será con la que inicie su administración gubernamental.
Un inicio de sexenio de pronósticos reservados. Al menos los primeros 100 días serán apretados económicamente.
¿Qué hará Alejandro Murat para reactivar la endeble economía de Oaxaca?
¿Cómo caminará en sus primeros 100 días de gobierno?
No hay inversionistas, no hay fuentes de empleo, no hay circulante, hay un Oaxaca agonizante y un gobernador como Gabino Cué Monteagudo y compañía, que se van multimillonarios, impunes y riéndose porque están confiados en que no habrá investigación.
También un conflicto magisterial que aunque pareciera está disminuida la Sección 22 de la CNTE, sigue latente, con la amenaza de resurgir en cualquier momento, porque no hay solución de fondo que permita cicatrizar las heridas, ahí están, abiertas.
Y las decenas de organizaciones sociales que son una verdadera amenaza y que año con año exigen sus recursos, líderes y falsos luchadores sociales que no tienen llenadera.
De ahí radica la importancia de que quien llegue a la Secretaría General de Gobierno, eje trasversal del Gobierno, sea una persona con vasta experiencia, conciliador o conciliadora, que sepa hacer política y que tenga la mano firme, segura, sin titubeos, para darle a Oaxaca la gobernabilidad que necesita.
Y a todo esto súmenle el desastroso estado de los Servicios de Salud de Oaxaca, donde no solo hay hospitales y clínica desmanteladas y sin medicamentos, ni personal médico, sino también un grave saqueo financiero que requiere de una investigación sería, responsable.
Y no un “castigo” como es la inhabilitación que le dieron al ex titular Germán Tenorio Vasconcelos, que puede ser de por vida, pero de qué sirve, si disfruta de los más de 2 mil millones de pesos que se embolsó.
GABINO CUÉ AUMENTÓ 18 VECES MÁS LA DEUDA PÚBLICA
Y vaya que las cosas están gravemente delicadas en la entidad.
En el documento de Deuda Pública y Obligaciones de Pago de la Secretaría de Finanzas, donde Enrique Arnaud Viñas solo reconoce que la deuda alcanza los 14 mil millones de pesos, la realidad es otra, puesto que el endeudamiento creció 18 veces más, porque al finalizar el sexenio de Gabino Cué alcanzará los 20 mil 302 millones de pesos.
¡Será impagable!
En un cable del portal www.cuartaplana.com.mx , detalla que al segundo trimestre de 2016, la deuda pública con la banca comercial asciende a 8 mil 773 millones 024 mil 446 pesos; con la banca de desarrollo, es de 6 mil 397 millones 067 mil 512 pesos y, con emisiones bursátiles es de 5 mil 946 millones 999 mil 915 pesos.
Mientras que la deuda pública a largo plazo es de 9 mil 141 millones 805 mil 612 pesos; con “Créditos Bono Cupón Cero y otras Obligaciones de Pago a Largo Plazo”, 8 mil 098 millones 351 mil 877 pesos y, en créditos bancarios a corto plazo, 3 mil 062 millones 500 mil pesos.
Así tenemos que a junio del año 2016, la deuda pública que deja Cué Monteagudo con el grupo financiero Interacciones del empresario Hank González, es de 2 mil 250 millones de pesos; con Bancomer, de 1 mil millones de pesos; con Santander de 2 mil 400 millones de pesos; con Banorte de 700 millones de pesos y con HSBC, de 412 millones 500 mil pesos.
Con Banobras, la deuda pública asciende a 5 mil 982 millones 633 mil 128 pesos; con tenedores de certificados bursátiles de 5 mil 946 millones 999 mil 915 pesos; con “Impulsora de Proyectos de Oaxaca”, 350 millones de pesos y con la “Operadora de Ciudad Judicial de Oaxaca SA de CV”, 1 mil 260 millones 524 mil 446 pesos.
Así de grave están las cosas en Oaxaca, y se desconoce en qué fueron aplicados todos esos recursos, unos hablan de que la mayor parte se fue en pagar los salarios del magisterio oaxaqueño, pero se desconoce con exactitud en qué se ocupó todo se dinero.
Por ello, qué bueno que el gobernador electo Alejandro Murat Hinojosa ya esté en Oaxaca, tiene que poner todo su tiempo y energía a diseñar estrategias que permitan salvar al barco y poner a trabajar a la bancada oaxaqueña de diputados federales para que el presupuesto federal destinado a la entidad sea, al menos, el mismo de este año, 85 mil millones de pesos.
Oaxaca, como nunca, requiere hoy un gobierno que dé resultados, de puertas abiertas, que escuche y resuelva, que castigue a quienes fallen, porque el pueblo oaxaqueño está cansado de tanta corrupción y de que los culpables se vayan impunes.
Por eso, bienvenido señor gobernador electo, Alejandro Murat, este es el Oaxaca que tenemos, es el Oaxaca que recibe, hay mucho por hacer, se requiere de una cirugía mayor. Hay que poner orden.
Y llegó el que andaba ausente…
TAMBIÉN ALFONSO MARTÍNEZ REGRESÓ DE ESPAÑA
Vaya que la “vacacionitis” estuvo muy de moda en estos meses.
El próximo coordinador de Comunicación Social del nuevo gobierno, Alfonso Martínez también está recién desempacadito y nada menos que de España, donde se fue a vacacionar unas semanas, luego de que la prensa oaxaqueña lo estresara.
¡Válgame Dios!…y lo que le espera.
A propósito de lo que comentamos líneas arriba sobre el tipo de servidores públicos que requiere Oaxaca, de ser responsables, de puertas abiertas y de gran sensibilidad, cualidades que lamentablemente a Poncho Martínez le hacen falta y parece que aún no le cae el veinte, de que la prensa oaxaqueña se cocina aparte, no es como la de la Ciudad de México.
En lugar de estar diseñando un proyecto de comunicación social y de trabajo para la nueva administración gubernamental, de cabildear con los medios de comunicación, porque esa será su chamba, me informan, que Poncho Martínez prefiere despachar desde la Torre Mayor en la Ciudad de México, es decir, desde las alturas, que bajarse al nivel de la prensa oaxaqueña.
¡Ufffff!
En fin.
Veremos qué pasa, si Ponchito se pone las pilas o de plano se queda en la Torre Mayor.
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