-Margarito Melchor, artesano de Tilcajete con 46 años de experiencia revela que muchos compran las piezas talladas en otros pueblos
-Sus mejores diseños tienen que ver con los gatos, un animal fantástico como los propios alebrijes
Margarito Melchor Fuentes, artesano de San Martín Tilcajete de 69 años de edad y 46 elaborando alebrijes, es una persona entusiasta, que ha dejado huella por sus grandes creaciones relacionadas con los gatos.
“Los artesanos no tenemos llena nuestra casa de alebrijes, todo lo vamos haciendo poco a poco, una pieza merece nuestra atención y concentración, nuestro entusiasmo”, dice al tiempo que crea una de sus obras.
Don Margarito está convencido de que el trabajo que realiza es el mejor que existe, aunque por años ha visto y padecido la desatención gubernamental y falta de proyectos que impulsen lo que mejor saben hacer.
Recuerda que hace 46 años, cuando inició la talla de madera, lo hizo con el señor Isidoro Cruz, haciendo trompos, yoyos, y poco a poco elaborando figuras fantásticas relacionadas con animales como jirafas, elefantes, chivos, venados y las combinaciones que vienen de su propia creatividad para llamarse así, alebrijes.
Las herramientas que utilizan artesanos de San Martín Tilcajete, las van adquiriendo conforme a lo que necesitan, otras más las realizan de acuerdo a las propias exigencias del arte que elaboran.
Un machete, un palo de madera, una sierra, pinzas, son algunas de las herramientas que Don Margarito tiene en el área que él llama su taller, el mismo que le ha dado tantas satisfacciones.
Lo que más se le facilita, precisa, son las piezas relacionadas con los gatos, a las que les ha tomado un cariño especial, pero de igual forma elabora las máscaras de diablos, de muerte, de brujas, demandadas en tiempos de carnaval en su pueblo natal.
Don Margarito afirma que para sus piezas utiliza el árbol de copal pero también el zompantle y el sauce, plantas a las que les tiene mucho agradecimiento, con las que se funde al momento de hacer una de sus obras.
Destaca que un artesano de San Martín Tilcajete no sólo se dedica a la elaboración de alebrijes, por las mañanas realizan siembra de maíz, frijol y otros insumos para consumo propio, por la tarde, y a manera de descanso, elaboran sus piezas.
Reconoce que hay “falsos” artesanos de alebrijes, como en todo, quienes aseguran haber adquirido habilidades de sus abuelos, pero compran las piezas talladas a pueblos vecinos, sólo para pintarlas y venderlas como propias, pero en su conciencia queda que las piezas no son de ellos.
Pese a sus condiciones y necesidades incluso económicas, el artesano de la cuna de los alebrijes, ha donado piezas al Museo de San Bartolo Coyotepec, a personas del Tribunal Agrario, y a muchas otras que admiran lo que hace.
Don Margarito afirma, que los alebrijes poco a poco serán más reconocidos y serán pagados de forma justa a sus creadores, y por ello se siente orgulloso de dejar esta herencia a sus hijos e hija.
“Doy gracias a Dios porque les dejo algo a mis hijos, a mi hija, les estoy heredando cómo trabajar, la oportunidad que quizá yo no tuve por no contar con un padre”, puntualiza.
A don Margarito se le puede localizar en Galeana número 9, en San Martín Tilajete, donde cuenta con varias de sus creaciones y se tiene la oportunidad de conocer, detrás de cada pieza, una gran historia.