El director Germán Martínez presentó su renuncia este martes como director general del IMSS.
Esta es la primera renuncia de un titular de dependencia en la administración de Andrés Manuel López Obrador.
“Estoy consciente de los límites y de mis límites, puedo equivocarme, pero soy decente y tengo vergüenza pública, y con serenidad de ánimo, presento, en este momento, mi renuncia al cargo de Director General del Instituto Mexicano del Seguro Social”.
Martínez indicó a través de un comunicado que algunos funcionarios de la Secretaría de Hacienda tienen injerencia perniciosa en el IMSS y que ponen en riesgo la vocación igualitaria, de justicia, y de prestación de servicios del instituto.
Señaló que mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador proclamó el fin del neoliberalismo, en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal.
“Ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el ‘cargo’ que el ‘encargo'”, indica el comunicado firmado por Martínez Cázares.
En el documento, Germán Martínez explicó que el IMSS es un organismo autónomo, cuya gestión es gubernamental, pero también obrero y patronal, por lo cual administra su patrimonio con reglas especiales.
“El IMSS redistribuye en sus servicios más de mil millones de pesos diarios. En un mes puede gastar más que la UNAM en un año. (…) Por eso, controlar en exceso esos recursos, que son de trabajadores y empresarios, sin racionalidad y sin apego a las normas del IMSS, puede acabar con esa dinámica de solidaridad social propia del Instituto”.
Asimismo, en el comunicado señala que se requiere una reforma “legal”, para acoplarlo al sistema universal de salud y al modelo preventivo, y no una pequeña reforma “reglamentaria”.
“Algunos funcionarios de Hacienda intentan una remodelación cosmética del IMSS, donde por ejemplo, se pretende reformar el Reglamento para colocar funcionarios administrativos en los Estados desde la Secretaría de Hacienda, y así anular a los Delegados que este Consejo Técnico aprobó”.
Acusó que mientras se discute la remodelación del IMSS, muchos trabajadores siguen sin certeza laboral, otros sin contrato, algunas vacantes aumentan, el rezago en infraestructura es brutal, los contratos y convenios de servicios se rezagan, y algunos están por vencerse sin horizontes de legalidad y eficiencia, las compras de equipamiento paradas, las reclamaciones y litigios aumentan; y si bien el abasto de medicamentos está garantizado, es precario y en algunos lugares pende de un hilo.
Indicó que estas omisiones ya se han dado a conocer a las autoridades correspondientes, ya que tanto él como el Consejo Técnico son responsables de que el Instituto cumpla con lo aprobado por el Congreso de la Unión.
Señaló que el control del gasto tiene dos consecuencias fatales: una directa para el IMSS: pasillos de espera llenos de personas adoloridas y mal trato o retraso en la atención a pacientes; y un segundo efecto indirecto: el fortalecimiento de los servicios de salud privados, que ocasionará mayor “gasto de bolsillo” de las familias cuando sus seres queridos tengan un padecimiento.
En tanto, la Secretaría de Hacienda respondió que no hay reacción por el momento. “En el momento que tengamos información por parte de las áreas, se las haremos llegar de inmediato”.