* Así vemos renacer la disputa por el proyecto de nación entre el populismo socialista de Luis Echeverría Álvarez y el neoliberalismo tecnócrata capitalista de Carlos Salinas de Gortari.
* Cuatro décadas después del populismo mesiánico sexenal de Echeverría, el presidente Andrés Manuel López Obrador retorna al pasado y se convierte en verdugo y ejecutor de Carlos Salinas.
La trayectoria de la historia es elíptica. Ni circular ni lineal. Es el eterno retorno del mito de Uróboros, representado a lo largo del tiempo por una serpiente que termina devorando su cola.
Así vemos renacer la disputa por el proyecto de nación entre el populismo socialista de Luis Echeverría Álvarez y el neoliberalismo tecnócrata capitalista de Carlos Salinas de Gortari.
Cuatro décadas después del populismo mesiánico sexenal de Echeverría, el presidente Andrés Manuel López Obrador retorna al pasado y se convierte en verdugo y ejecutor de Carlos Salinas.
El imperio norteamericano sigue utilizando a los presidentes mexicanos como peones al igual que lo hizo con Echeverría, López Portillo, De la Madrid, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto.
Los ciclos históricos, además, entrañan una justicia inmanente. Llámesele como quiera: justicia divina, karma, bien y mal, yin yang o ley de la compensación. El que la hace la paga en este mundo.
Con su enorme sabiduría, el pueblo mexicano en general y oaxaqueño en particular, sintetiza magistralmente ese principio y fin universal en el refrán: Al que obra mal se le pudre el tamal.
En este sentido, cobra plena vigencia la letra y espíritu de uno de los más importantes principios torales del Código de Honor de la mafia. No perdona deslealtades ni agravios, menos traiciones.
Es aplicado por todo tipo de mafias, no solo por el crimen organizado y el narcotráfico; políticas, económico-financieras y religiosas. En la Iglesia, Papa que atenta contra sus intereses, se muere.
Carlos Salinas jamás perdonó a “El Gordo” Pesqueira que en una fiesta de la cofradía de la mano caída, durante el gobierno de Miguel de la Madrid, le pusiera una peluca rubia en su calva cabeza.
Eduardo Pesqueira, secretario de Agricultura entonces, cometió una equivocación que le privó de continuar con su ascendente “carrera” burocrática, revela Rafael Loret en su libro Los Escándalos.
“Una noche, al calor de los cantos del juglar del grupo, el regente Ramón Aguirre, y embriagado por los humos y olores del “XO” añejado, don Eduardo hizo blanco de sus bromas al secretario de Programación y Presupuesto, Carlos Salinas de Gortari”.
“¡Vente para acá, pinche pelón!- ordenó Pesqueira al tiempo que el presidente no cesaba de carcajearse-. Te voy a poner guapo. Quien sabe de dónde (…) aireó una rubia peluca femenina y colocó sobre la incipiente calva de quien llegaría, por méritos propios a la ansiada presidencia de la república. ¡Ahora si te ves bonito! – concluyo Pesqueira al tiempo de estampar un sonoro ósculo en la mejilla de la “victima”.
A 32 años de distancia del fin del gobierno de Miguel de la Madrid y a 26 años de la terminación del sexenio de Carlos Salinas, hoy el presidente de Estados Unidos Donald quiere a Salinas de Gortari en la cárcel.
¿Por qué? Según logramos establecer, porque cuando Carlos Salinas de Gortari todavía era presidente de México maltrató y humilló a Donald Trump en una cena de gala en Washington.
Salinas, el llamado “villano favorito” le habría dicho “junior parásito” al hoy presidente Trump frente a empresarios, hombres de negocios, personalidades y políticos estadounidenses.
Un político como Trump, que al igual que Andrés Manuel López Obrador rige sus acciones políticas a partir de sus emociones y sentimientos personales, difícilmente podría olvidar un agravio como aquel insulto.
La periodista Anabel Hernández reveló en el programa “Los Periodistas”, que conducen Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela en la cadena La Octava, que el juicio de García Luna en Nueva York busca a un “pez gordo”, pero ese es Carlos Salinas de Gortari y no Felipe Calderón.
La periodista reveló, asimismo, que el ex secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, sostenía reuniones con el ex presidente de México, Carlos Salinas de Gortari, incluso cuando formaba parte del gabinete de Felipe Calderón Hinojosa,
De acuerdo con Anabel Hernández, quien dio detalles de su libro Los Señores del Narco, desde hace 10 años se tenían indicios que Genaro García Luna trabajaba para el Cártel de Sinaloa.
Anabel Hernández añade que la investigación contra García Luna empezó, al menos, en 2014. “Es un largo trayecto que agentes de la DEA llevaron a cabo para estar documentado todo el movimiento de dinero, de propiedades, estar retomando testimonios”.
Y tomó mayor impulso cuando detuvieron, en Texas, a Iván Reyes Arzate, quien era colaborador de García Luna, debido a que el comandante de la Policía Federal comenzó a soltar información relacionada con los sobornos que el ex secretario de Seguridad Pública recibía por parte de los cárteles de la droga.
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