Ante la incertidumbre económica del año pasado, los turistas mexicanos se tuvieron que ajustar el cinturón en sus visitas a los diversos destinos del territorio nacional.
En su desplazamiento y estancia en el país, los vacacionistas nacionales gastaron 1.2% menos entre enero y septiembre de 2019 que en similar periodo de 2018.
Se trata del recorte más pronunciado desde la crisis global de 2009, cuando el consumo cayó 7.7% en el lapso similar, de acuerdo con los Indicadores Trimestrales de la Actividad Turística del Inegi.
Significa también la primera vez que desciende el gasto turístico en el primer año de una administración federal desde el gobierno de Ernesto Zedillo. “Los hogares mexicanos están ajustando sus carteras frente a la caída en las perspectivas económicas”, dijo Gerardo Herrera, especialista en turismo de la Universidad Iberoamericana.
En su opinión, las cifras de turismo interno muestran que incluso en las clases populares se están empezando a sufrir los efectos del estancamiento económico.
El gobierno prometió que el turismo será un derecho de todos los mexicanos, pero de acuerdo con Herrera, las cifras muestran que este objetivo se volvió menos alcanzable. Desde su perspectiva, el turismo interno se estancará o retrocederá en los meses siguientes, debido a que la población empezó a cuidar más su dinero.