Orgullosa de su ocupación, Lolita asegura que es una de las pocas conductoras que no ha sido infraccionada. Sabe que estar detrás del volante es una responsabilidad, por ello da lo mejor de sí en su trabajo
Oaxaca de Juárez, Oax. 8 de marzo 2020.- Dolores Concepción Ríos Casas es conductora de la unidad 217 del sitio Valle de Oaxaca, desde hace 17 años su labor inicia a las 4 de la mañana, trabaja por amor a sus hijos y sus papás, sabe que el oficio de taxista es en su mayoría ejercido por hombres, sin que esto sea impedimento para luchar diariamente por sus sueños.
“Mi rol de conductora, mujer y mamá es difícil, pero los he complementado de una forma tal que disfruto mi trabajo. Hago que mis pasajeros se sientan divertidos, vayan sonrientes y lleguen con bien al lugar que me pidieron”, explica emocionada.
Lolita Ríos se siente orgullosa de formar parte del reducido grupo de operadoras de taxi concesionado que diariamente trabajan en la ciudad, sentada detrás del volante – a instantes de atender un llamado de su base- envía un mensaje a todas las mujeres oaxaqueñas. “Quiero reconocer el trabajo de cada una de las mujeres y decirles que no se trata de celebrar un día, se trata de luchar por nuestros sueños y hacer que la realidad que enfrentamos sea diferente”.
Orgullosa de su ocupación, Lolita asegura que es una de las pocas conductoras que no ha sido infraccionada. Sabe que estar detrás del volante es una responsabilidad, por ello da lo mejor de ella en su trabajo.
“Es un honor ser una mujer taxista, más mujeres deberían de asumir este roll de vida. Las mujeres taxistas que están en Oaxaca, no han tenido accidentes, la gente piensa que no manejamos bien”, indicó.
En el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, Lolita Ríos alza la voz e invita a la ciudadanía a que deje atrás los tabús y confié en las mujeres conductoras, pues al igual que los hombres también desempeñan un trabajo importante.
“Una de las anécdotas que más recuerdo es la de un pasajero que me hizo la parada para que lo llevara al aeropuerto, cuando vio que era mujer dudo en subirse, en su mirada había desconfianza, quizá por la idea de que las mujeres manejamos mal, sin embargo, al ser la unidad disponible en ese momento decidió subirse… durante el trayecto me observaba inquieto para finalmente pedirme una disculpa por dudar de mi y reconocer mi trabajo”, relató.
Luego de más de una década en el oficio, Lolita se dice llena de orgullo por ella y por todos los espacios que a pulso y con mucho trabajo han sido ganados para y por las mujeres. “Hoy le doy gracias a la vida por ser mujer y madre”, asiente.