*En su participación la corresponsal de Cimac Noticias, Citlalli López Velázquez exigió a las autoridades salvaguardar la integridad de la columnista
La periodista especialista en perspectiva de género, Citlalli López Velázquez condenó las amenazas que recibió la directora General del portal de noticias Primera Línea, María de los Ángeles Nivón por parte del líder del PRI, Jorge González Ilescas y exigió salvaguardar la integridad de la también columnista.
La corresponsal de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), expuso que los mensajes amenazantes que el líder del tricolor envió a su colega, por evidenciar la ola de denuncias de acoso en el COBAO, son una forma de censura.
En contexto, María de los Ángeles Nivón, dedicó una columna a este tema y evidenció la falta de capacidad del director de dicho sistema, Rodrigo Gónzalez Illescas para solucionar la problemática, lo que generó molestia al padre del funcionario Jorge González Ilescas.
Por lo que ante esta situación, envió por “equivocación” un mensaje en donde llamó a María de los Ángeles Nivón como “Maldita Enferma”, pero además pidió: “Hay que saludarla…bien”
“Esa y otras formas de censura instaladas en el estado han arrebatado la vida de las y los periodistas o llevar al destierro para salvar la vida”, advirtió López Velázquez quien se desempeña también como reportera del periódico Noticias.
Durante la charla, Libertad de expresion/Periodismo y censura en el marco de la retrospectiva de la “Res Pública”, la periodista quien también ha denunciado casos de violencia política y de género, pausó su charla para exigir medidas de protección a la directora General de Primera Línea.
López Velázquez hizo referencia también al caso de su colega, Ana Luisa Cantoral quien tuvo que refugiarse fuera del país ante las amenazas de muerte.
PONENCIA DE LA PERIODISTA CITLALLI LÓPEZ
Libertad de expresión y censura en los medios de comunicación
El ejercicio diario de periodismo me lleva a reflexionar constantemente el papel que desempeño frente a la sociedad, si éste es responsable, si mi información está debidamente sustentada, si utilizo el lenguaje adecuado y entendible, si habrá un impacto positivo para el ejercicio de los derechos, sobre todo en beneficio de los derecho de las mujeres, enfoque que me adoptó hace varios años desde que empecé a trabajar con CIMAC.
Como derecho básico y herramienta fundamental de mi día a día, me exijo cubrir esta serie de compromisos pues la libertad de expresión sin responsabilidad ante una audiencia cada vez más analítica, participativa y reaccionaria, combinada con canales de comunicación inmediatos y capaces de viralizar en un minuto la información, nos puede llevar a violación de derechos, violencia hacia un sector o sectores de la sociedad, reproducir clasismo, racismo, misoginia, homofobia, discriminación.
La libertad de expresión sin responsabilidad nos lleva a decir cosas como “se quedaron en casa para hacer el aseo” como Francisco Nava, alcalde del municipio de Cintalapa, en Chiapas al referirse al paro de mujeres, “la reforma de los matrimonios gay daña más que el narco” Hugo Valdemar vocero de la arquidiócesis de México, “Si usted es pobre, cuídese, no haga hijos” directora de cultura de la región de Guelaguay, Argentina, Nora Ferrand.
Frente a estas expresiones y muchas otras que llegamos a escuchar en la radio o leer en columnas, la responsabilidad de los medios de comunicación es fundamental, no para reproducirlas sino para cuestionarlas.
Si bien la libertad de expresión es un derecho fundamental establecido en la constitución mexicana no podemos volverla un escudo para escondernos y evadir la responsabilidad que implica sobre todo cuando nuestros mensajes impactan en miles de personas.
Por otro lado, la libertad de expresión también se enfrenta a un enemigo con muchos rostros llamado censura, que como nunca antes se ha hecho más presente y con formas cada vez más infames para coartar investigaciones, denuncias, exigencias de justicia.
En México, la fragilidad de la libertad de prensa representa una situación crítica a pesar de ser un derecho fundamental.
De manera descarada, la censura ha buscado instalarse en todas las redacciones, ya sea bajo líneas editoriales, “llamadas de atención” ordenadas por el funcionariado, peticiones de despido, pero también mediante intimidación de las fuentes, que por descaro o por errores de dedos son puestos al descubierto como recientemente vimos con el caso de María de los Ángeles Nivón, directora del portal Primera Línea, a quien a través de un mensaje amenazante buscan censurar su trabajo de opinión sobre la cloaca destapada en los COBAOS. En este caso en específico, por ejemplo, otra forma de censura ha sido tirar la página.
En este momento quisiera hacer una pausa para condenar este ataque y exigir que se haga lo necesario para salvaguardar la integridad de la periodista María de los Ángeles Nivón por la amenaza abierta de Jorge González Ilescas al enviarle por error un mensaje en donde textualmente le decía “maldita enferma” “hay que saludarla…bien”.
Esa y otras formas de censura instaladas en el estado han arrebatado la vida de las y los periodistas o llevar al destierro para salvar la vida como lo fue el caso de Ana Luisa Cantoral, quien tuvo que exiliarse tras una serie de amenazas de muerte.
Nuevas formas de censura se han presentado, por ejemplo en las mañaneras del presidente vemos a “periodistas”, en un papel de defensa del presidente cuestionando a otros periodistas inclusive llamando a la agresión física o a investigaciones judiciales.
Diagnósticos como el del reporte 2015 de Freedom House, en el cual se señala que México es de los países más riesgosos para ejercer el periodismo nos revela que esta labor constantemente está bajo fuego, sea uno o más las y los periodistas asesinados por ejercer su labor, sea la causa una razón política o meramente delincuencial, el periodismo en una democracia moderna no debería ponernos en riesgo y sobre todo los asesinatos no quedar en la impunidad.