*Algunos adultos mayores se muestran incrédulos en Oaxaca ante pandemia de coronavirus
*A ellos lo que les preocupa es cómo llevar el sustento a sus casas y completar para sus medicinas
Ambos suman, multiplican y restan. Surtir una receta de 500 pesos ocupa sus pensamientos, para el COVID-19 no hay espacio. Marcela y Tomas toman un descanso no sólo físico sino también en las consultas al Hospital Civil “Aurelio Valdivieso”, porque no hay recurso económico que alcance.
Al tiempo que eleva las manos al cielo, la mujer de unos 70 años de edad, exclama: “¡no creemos en esta enfermedad sólo Diosito lindo sabe de estas cosas!”. Después mira a su alrededor y asiente la cabeza.
Con la ayuda de sus dedos suma y resta, le hacen falta 500 pesos para surtir los medicamentos de su esposo quien hace unos meses fue operado en el nosocomio y hoy acudió a su consulta de rutina.
“Ya le dije al médico que no vamos a poder venir antes de 15 días porque tengo que trabajar para comprar todo lo que él –Tomás- necesita”.
Marcela, originaria de Santa Rosa Buenavista, Tlacolula, se lava las manos por higiene y no por el COVID-19; no se someterá a cuarentena porque si no sale a la calle no hay dinero para ayudar a la recuperación de su esposo Tomás, intervenido quirúrgicamente.
Del campo a la Central de Abasto y después a su casa, es la rutina que tiene que cumplir rigurosamente para que en su casa no falten las tlayudas, el queso y por lo menos un día entre semana la carne.
“Que Diosito me perdone, pero yo no creo en esas cosas”, reiteró la mujer quien no usa cubrebocas y en su bolsa sólo carga lo necesario.
“Ni los científicos lo saben, sólo nuestro Dios padre eterno. En estas cosas pues sale un alboroto grande. No creemos en esta enfermedad solamente en Diosito”, dice Tomás Rojas quien ante su incidente ha dejado de trabajar y dependen de su esposa.
Sentados en una banca afuera del nosocomio, miran a su alrededor y se sorprenden por las medidas que ha tomado la ciudadanía para evitar el virus. Ambos reflexionan y aseguran que para la clase media y pobre como ellos, no hay lugar para la pandemia.