El colapso y presunto robo en salud, sin duda es más dañino que el COVID-19, pero también es una grave incertidumbre que mata, porque no se tiene la certeza sí es verdad o no.
Luego de que el Gobernador Alejandro Murat Hinojosa diera a conocer un reporte del presunto robo de 20 equipos de COVID-19 en el Hospital Aurelio Valdivieso y en el IMSS la desaparición de seis ventiladores, sin acusar directamente a alguien en especial, hoy más que nunca está obligado el Mandatario oaxaqueño a esclarecer estos gravísimos hechos.
Aunque el secretario de la Subsección 07 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud, Alberto Vásquez Sangermán aclaró que es falsa la información que le proporcionaron al Mandatario oaxaqueño, pidió una investigación a fondo y una disculpa pública, porque en nada contribuye al combate de la pandemia y sí, ofende a los que son la primera línea de defensa ante la propagación de esta enfermedad.
Si hay robo, dijo Sangermán, que se aplique la ley, no solo en el Hospital, sino a todo aquél funcionario que lucre con esta contingencia, no se pueden lanzar generalizaciones, que solo ofenden a quienes a costa de su salud, la de sus familias y de su propia vida, no han renunciado a cumplir su obligación profesional, moral y ética.
Para darle una mayor certidumbre a la sociedad en general, la denuncia debería ser presentada ante la Fiscalía General de la República (FGR) puesto que se trata de un delito federal que debe investigarse con la seriedad que amerita un asunto de esta naturaleza, porque de ser cierto que se registró el presunto robo, es un acto criminal que debe castigarse con todo el peso de la ley.
Desafortunadamente la Fiscalía General de Oaxaca está bastante desacreditada, la ciudadanía no le tiene confianza y la carpeta de investigación que se abra debe ser por parte de la autoridad federal, porque eso de que el fiscal Rubén Vasconcelos Méndez es “autónomo” es una verdadera falacia, ni quien se lo crea.
En Oaxaca nada puede quedarse ya en el aire, y si al Gobernador Murat Hinojosa -por triple ocasión- le mintieron (la primera el caso Hospital Tlaxiaco, la segunda del caso Juan Antonio V.C. y ahora el supuesto robo de equipo) entonces los hechos deben esclarecerse, por el bien de su Gobierno y de la propia sociedad oaxaqueña que no merece que se le mienta en tiempos de pandemia, ni en ninguna otra circunstancia.
Lo que no acabamos de entender es ¿por qué el Gobernador no tiene filtros informativos?, es decir, ¿qué hace Francisco Vallejo el de Comunicación Social?, por ejemplo, no debería ser uno de los principales operadores de checar la información que le proporcionan a su jefe, de verificar y puentear con los mandos de salud si la tarjeta informativa que le pasaron ¿tiene datos correctos?
El coordinador de Comunicación Social debería ser en primera instancia, ese filtro, es quien debe coordinarse en materia informativa con todas las áreas que conforman al Ejecutivo estatal.
Desafortunadamente y hay que decirlo, el Mandatario oaxaqueño tiene a muchos colaboradores improvisados y la improvisación trae consecuencias como la que ocurrió ayer con el supuesto robo del equipo contra el COVID-19.
Otro dato importante es que ante la emergencia sanitaria que se vive, el Gobierno del Estado debería nombrar a un vocero específicamente para dar reportes sobre cómo va Oaxaca con la pandemia, pero poner a un especialista que tenga el perfil médico, que sea la única voz autorizada para dar la información que soliciten los medios de comunicación y hasta del mapa de reporte de casos, es fundamental que haya un responsable del tema.
Quienes sufrimos somos las y los reporteros que luego no tenemos la información a tiempo, la mayoría nos basamos en lo que informa el subsecretario federal Hugo López Gatell, de ahí se tienen que bajar las cifras de Oaxaca, porque el mapa de los casos local tarda mucho para salir y el comunicado, ya ni les cuento, cuando llega ya es historia.
En la nueva era digital que vivimos, la información tiene que ser precisa y al momento, ojalá lo entiendan las autoridades de salud en Oaxaca y el mismo Francisco Vallejo.
Pero retomando el tema del Hospital “Aurelio Valdivieso”, el nosocomio cuenta con muy poco equipo para atender a pacientes con COVID-19, es un hospital de segundo nivel, tienen disponibles 10 camas, dos camas UCI y 54 ventiladores funcionales, más 24 respiradores que sí están fuera de servicio y que su mantenimiento desafortunadamente por falta de presupuesto no se ha logrado poner en operación.
Es decir, no hay equipos nuevos, por eso es grave la información inexacta que le proporcionaron al Gobernador y si fue el subdirector de los Servicios de Salud de Oaxaca, Juan Carlos Heine Márquez para grillar al titular Donato Casas Escamilla, pues peor aún, porque la guerra es interna y se llevan entre las patas a la administración estatal.
Ojo, en donde sí tienen desabasto es en medicamentos, laboran con apenas el 30% de medicinas e insumos, y en equipo de protección contra el coronavirus, tampoco tienen, salvo el que fue donado por el filántropo Alfredo Harp Helú, pero es desechable, ya no hay cubrebocas N95, guantes, googles, batas, caretas, sí hay un grave déficit que debe ser atendido en lo inmediato.
En cuanto a equipo tienen que mandar reparar los 24 ventiladores que no funcionan en el Hospital Civil. A nivel estado, en las cuatro jurisdicciones sanitarias, de Valles Centrales, Istmo, Tuxtepec, Costa y Mixteca, suman un total de 110 ventiladores que sí son funcionales, hay 38 respiradores en mantenimiento y 30 fueron dados de baja.
Por eso es importante que sea el propio Gobernador Alejandro Murat Hinojosa quien haga los recorridos de forma directa a los hospitales de las cuatro jurisdicciones sanitarias para que corrobore y se cerciore de viva voz de los trabajadores y el equipo médico, constatar con ellos de forma física, cuáles son sus necesidades, porque lamentablemente sus colaboradores no le ayudan y eso ya está súper comprobado.
Estamos a punto de entrar a la fase 3 de la emergencia sanitaria, por fortuna de ser exacta la información oficial que proporcionan las autoridades de salud a nivel federal y estatal, pues no estamos del todo mal, ni hay síntomas de alarma, insistimos, medianamente la población ha tomado en serio las medidas de quedarse en casa y el distanciamiento social para contener la pandemia.
También hay que reconocer que a tiempo el Gobierno de Oaxaca dictó las medidas de prevención, prácticamente se adelantó antes de que entrara la fase 2 que es cuando se inician las transmisiones locales, se intensifican las medidas de prevención como la Sana Distancia, cuarentena y cancelación de eventos masivos.
Al entrar a la fase 3, que es la que sigue, termina la ola pandémica en el epicentro de la misma, los contagios y defunciones alcanzan su punto máximo y cada país refuerza las medidas preventivas para evitar los contagios como cuarentena total.
En la fase 4, el número de contagios empieza a disminuir gradualmente, las actividades vuelven a la normalidad conservando las medidas preventivas básicas. Y por último la fase 5, que marca el fin de la pandemia decretada por la Organización Mundial de la Salud, solo que llegar a este último peldaño puede tardar hasta tres años.
De nosotros depende como sociedad lograr en el menor tiempo posible estas metas y exigir a las autoridades sanitarias y de Gobierno cumplir con su obligación.
Solo que para ello, hay que seguir con las medidas de sana distancia, estamos seguros que juntos lo vamos a lograr. Por lo pronto #QuédateEnCasa
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