*La producción de tapabocas es un aliciente para poder sobrevivir la crisis económica por el “Covid-19″
Villa de Mitla, Oaxaca.- La experiencia les ha enseñado que a la adversidad hay que enfrentarla con una sonrisa. La pandemia las obligó a cambiar de estrategia. Hoy, Elizabeth González Olivera y su familia dejaron a un lado la elaboración de textiles artesanales para dedicarse a la producción de cubrebocas.
El lamento no tiene espacio en este taller denominado “Bianijii” ubicado en el Pueblo Mágico de Mitla. La esperanza se mueve al compás del sonido de las maquinas de costura y al vaivén de las manos de dos mujeres.
Su cara refleja alegría en medio de la incertidumbre, Eli una mujer de unos 39 años de edad, es entusiasta y su sonrisa se mantiene viva pese al largo periodo de confinamiento por el Covid19 que dijo les pretendía arruinar su trabajo.
De textiles a cubrebocas artesanales
Junto a su mamá, doña Adelina Olivera Sosa, la joven relata que se esmeraron en preparar bordados y textiles para la temporada vacacional de Semana Santa, pero esta nunca llegó. Sin embargo después de acatar las medidas de sanidad emitidas por las autoridades locales y federales a ambas les surgió la idea de la elaboración de cubrebocas.
“La idea surgió por la necesidad de contar con un ingreso. Me puse a investigar para que los cubrebocas fueran seguros, porque hay muchos que dicen que no sirven”, señaló Eli mientras se esmera en seguir con su costura.
La joven investigó todas las características de un cubrebocas; ella los elabora con doble capa al que se le puede incluir un filtro clínico para que pueda ser utilizado en hospitales y clínicas.
Los insumos, son de buena calidad y baratos, agrega la artesana quien se lamenta por no poder regalarlos debido a que no cuenta con los recursos suficientes para poder implementar esta estrategia.
“Que más quisiéramos poder regalarlos pero necesitamos poder mantenernos aunque si vemos a una persona adulta que no cuenta con los ingresos se lo obsequiamos”, expuso.
De acuerdo a las autoridades locales y estatales el 90 por ciento de la población de Mitla se dedica a la elaboración de artesanías textiles y el resto cuenta con un oficio.
Hoy, Eli y su mamá producen al menos 40 cubrebocas diarias que distribuyen entre sus amigos, conocidos y personas quienes lo han solicitado. Sin embargo a ella le invade por momentos la nostalgia debido a que paró el trabajo para al menos otras dos mujeres más, quienes la apoyaban en el bordado o costura, ante la falta de mayores ingresos.
Sin falta de apoyos
El taller de Eli que se caracteriza porque en su mayoría esta compuesta por mujeres, pero hoy sólo se encuentra trabajando su mamá y ella debido a que no lograron mantener a su plantilla laboral.
De acuerdo a artesanos y artesanas de Mitla acceder a los apoyos gubernamentales es sumamente complicado, toda vez que la mayoría no ha logrado cumplir con los trámites hacendarios.
“Vivimos con lo que generamos y lo demás es para invertir”, asegura la artesana Guadalupe Martínez quien además sostiene que entre las características que hay que cumplir es el aseguramiento de sus trabajadores “muchos no podemos cumplirlo”.