Sin contar todavía con la mayoría calificada en la 64 Legislatura Federal y sin tener el dictamen final de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Públicapara la aprobación de las reformas presupuestal del presidente Andrés Manuel López Obrador, este viernes la Diputación Permanente en San Lázaro convocará a un periodo extraordinario a las y los legisladores.
¡Les falta un voto!, para tener la mayoría calificada que requieren para darle el golpe traidor a México.
La Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se adicionan diversas disposiciones de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, presentada por el Presidente de la República, la original fue “muerta” y desechada que le otorgaba facultades plenipotenciarias a López Obrador, pero además invadía las responsabilidades del Poder Legislativo Federal, pero la segunda está peor.
Pues bien.
A reserva de que aquí les publicamos la segunda propuesta de anteproyecto de reformas que desde el lunes pasado las y los diputados de la Comisión Permanente de Presupuesto y Cuenta Pública, han estado analizando, una de las preocupaciones es la propuesta de otorgarle el 10% del presupuesto total de egresos a López Obrador, el cual podrá manejar a discrecionalidad, porque dice el documento que es para “impulsar programas en beneficio de la sociedad”, pues es todo el presupuesto.
En México, el principio de división de poderes es expreso en el artículo 49 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, pero el ejercicio colaborativo del poder público se encuentra diseminado entre diversos preceptos constitucionales, como es el caso del proceso legislativo presupuestal dispuesto el artículo 74, fracción IV, de la norma fundamental.
En efecto, una de las funciones más importantes del Poder Legislativo es la aprobación del Presupuesto de Egresos, tarea encomendada por el citado artículo 74 a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, así como al Ejecutivo Federal, encargado del diseño original del proyecto.
Tomando como pretexto la crisis económica originada por el covid-19 y la caída drástica del petróleo, así como el PIB, la nueva propuesta para reorientar el presupuesto neto total que es de $6,096, 335,800,000.00 billones de pesos, dándole el 10% del mismo a discreción al Presidente de la República, es un monto estimado de $600 mil millones de pesos.
Es una aberración. Esto dice la propuesta:
Esta Comisión estima que tales extremos quedan solventados debidamente al establecer como límite máximo para la libre reorientación presupuestaria por el Ejecutivo en caso de emergencia un monto equivalente al diez por ciento del gasto neto total aprobado en el Presupuesto de Egresos de la Federación para el ejercicio correspondiente.
De exceder dicho monto, es preciso que la redefinición del destino del gasto sea decidida mediante el esquema de colaboración entre Ejecutivo y Legislativo, que supone la presentación de una propuesta por el primero, así como su análisis, discusión, en su caso, modificación y aprobación por parte del segundo.
Ese porcentaje que le quieren otorgar a López Obrador, es más alto casi tres veces que el presupuesto que tiene la Ciudad de México, 10 veces más que el presupuesto del Poder Judicial, vale más que el 2.5% del PIB, y no lo dice esta columnista, ustedes chéquenlo, cerciórense, no se está inventando nada, pero tampoco porque se trate del Presidente de la República, vamos a estar de acuerdo en todas sus ocurrencias que afectarán al pueblo de México, al que tanto dice defender y por el que se rasgaba las vestiduras en campaña.
¡No señor!
Ahí está atorada la discusión en San Lázaro, incluso hay resistencia de un grupo de legisladores de Morena, en donde figura el diputado Porfirio Muñoz Ledo, que a decir verdad, es el que más ha defendido el respeto a la división de poderes y se opone a darle facultades plenipotenciarias al Presidente, ha sido más oposición dignamente que los propios priistas y panistas.
Porque el problema de fondo es que el Presidente se quiere tomar las atribuciones que le correspondena la Cámara de Diputados Federal, quiere reformar la Constitución, ni más ni menos, y eso no es otra cosa más que tener ¡todo el poder!
¡Es insólito!…mucho peor que los anteriores regímenes.
En resumen, con esta segunda propuesta que hacen pretendieron “chamaquear” a las y los diputados, por eso tiene razón Porfirio Muñoz Ledo, cuando en entrevista para un medio nacional, refiriéndose al papel de sus compañeros de bancada, expresó que “la tómbola no tiene ideología, tiene pago de favores”.
Cuanta verdad encierran esas frases, hoy lo estamos comprobando. Salvo algunas excepciones, el papel de las y los legisladores de Morena es penoso, por decir lo menos, porque son ignorantes de las leyes y los de Oaxaca no se quedan atrás.
Si el Ejecutivo federal va a disponer del presupuesto total, del gasto programable y no programable, pues mejor que desaparezca la Cámara de Diputados, para qué va a servir, para nada, si todo lo decidirá AMLO. La emergencia económica la debe decretar el Congreso federal, donde está la representación popular, no el Ejecutivo.
Hasta anoche seguía firme la resistencia de la oposición y de varios diputados de Morena, mientras Mario Delgado Carrillo, presidente de la Junta de Coordinación Política en San Lázaro, el que es sumiso ante el Presidente y a todo le dice que sí, a ciegas, buscaba afanosamente “comprar” el voto que les hace falta para tener la mayoría calificada.
Y se ventiló que uno de los “traidores” que ya había vendido su voto era el diputado del PRI de Coahuila, Rubén Moreira Valadez, sin embargo, el priista lo desmintió en su cuenta de twitter al confirmar lo siguiente: “El viernes, en el Congreso, se va intentar abrir un periodo extraordinario para modificar la legislación en materia de presupuesto. México no requiere de ese tipo de cambios legales. Mi voto será en contra”.
En un desplegado conjunto firmado por los dirigentes nacionales del PRI, PAN, PRD, MC, le dan el total respaldo a los 26 legisladores de esos partidos en la Comisión Permanente, 13 titulares y 13 sustitutos, quienes anunciaron su decisión de no apoyar la celebración de sesiones extraordinarias para hacer modificaciones a la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria.
Argumentan que la iniciativa presidencial y el dictamen que promueve Morena no debe aprobarse porque atenta contra el equilibrio de poderes establecido en la Constitución, y es innecesario cualquier otro cambio porque ya existen disposiciones vigentes en la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria, ante diversos escenarios, para que la Cámara de Diputados sea la que formule su opinión y sea el Ejecutivo el que resuelva de conformidad con las prioridades aprobadas en el Presupuesto de Egresos de la Federación 2020.
México cuenta con nosotros, señala la misiva, pero no será a través de una reforma que establezca un manejo discrecional de los recursos públicos al Gobierno Federal, sino mediante los instrumentos legales previstos en la Constitución y fortaleciendo las atribuciones del Congreso de la Unión.
Vaya que es una iniciativa “chafa” la que le hicieron al Presidente, porque si ustedes revisan la referida Ley, también aquí les compartimos lo que establece el Artículo 21, señala puntualmente lo que el Ejecutivo puede disponer en caso de emergencias, y aplicar las normas disciplinarias, es decir, no había necesidad de hacer modificaciones y de exhibirse de esa manera, con razón ha tenido tanta resistencia hasta de algunos de sus propios legisladores morenistas.
La mejor manera de apoyar al Presidente López Obrador, es que sus diputados y diputadas le digan cuando las cosas están mal.
Este viernes se reúne la permanente, convocará a periodo extraordinario, pero para eso se necesita mayoría calificada y a Morena le falta un voto.
¿Habrá un traidor o traidora que se venda?, solo así le podrán asestar el golpe al pueblo de México.
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