El que no se lleva una “mentada”, no estuvo en “La Poblanita” y para que no “vayan escasos” se llevan tres, decía Carmen Aguirre Toledano la madre de las madres, la mujer que todos los días atendía a clientes,amigos y desconocidos en este emblemático lugar, la cual perdió la batalla contra la muerte este día.
Al medio día, Dios Nunca Muere, himno de las y los oaxaqueños resonaba en este santuario, ubicado en el Barrio de Jalatlaco, en medio de la humadera del incienso. Por las mañanas una hora y media después de abrir el negocio Carmelita cambiaba las flores en su altar no sin antes encomendarse a sus santos, ritual riguroso.
“Mis clientes que son mis hijos, aunque yo los mande….. son mis hijos”, comentó quizá en una de las últimas entrevistas toda vez que el negocio cerró sus puertas ante la emergencia sanitaria que aún se vive por el Covid-19.
Aquí me chulean, me la mientan, pero como yo ya la mente tres veces no me importa, aseguraba la mujer quien estuvo al frente de esta cantina más de cuatro décadas.
Con 93 años de edad oaxaqueña por adopción, Carmen Aguirre Toledano dejó anécdotas, historia y a muchos amigos, familiares, conocidos y no conocidos, quienes convivían, algunos desde las 6:00 a.m, hora en que las puertas de este santuario se abrían.